jueves, 24 de octubre de 2013

Mi primera vez

Hay una escena de una película que me parece encantadora. Me imagino algún día en una fiesta de disfraces haciendo lo que ellos hacían. Son dos personas: un chico y una chica, ella está acostada en un sofá, él llega y se sienta al lado en una silla, ella tiene laringitis, él está triste, ella no tiene voz, él está disfrazado de Freud, ella no sé. Los dos juegan a que están en una terapia de psicoanálisis, ella escribe en una libretica, el responde normal. La escena recuerda un poco al cine mudo, creo que eso es lo que me gusta y hace parte de Beginners (2010) una película protagonizada por Ewan McGregor (Oliver) y Mélanie Laurent (Anna). 

En general, el concepto de la película me parece interesante. La forma como el protagonista habla, las reflexiones que hace, lo que le dice a Artur (su perro), lo que piensa de su vida. Se llama Beginners, creo yo, porque los personajes en general se ven en una situación nueva, son principiantes. Por ejemplo, el papá de Oliver, Hal Fields (Christopher Plummer) decide revelar que es gay, y comienza una historia amorosa después de que su esposa muere, algo nuevo para Oliver y para él mismo también.


¿Cada cuanto estamos ante nuevas situaciones? ¿Cada cuánto somos principiantes? Cuando acababa de salir de la universidad pensaba que ya todo estaba resuelto, me decía: bueno, si ya no aprendí a hacer tal cosa, es porque por ahí no es el camino. ¡Estaba absolutamente equivocada! Mi papá siempre me cuenta la historia de un señor que quería aprender griego, a los 30 años decía que ya estaba muy viejo, porque es más fácil aprender idiomas cuando se es más joven, a los 40, siguió pensando lo mismo, a los 50 decía que loro viejo no daba la pata, a los 60 decidió matricularse en el curso de griego. El tiempo va, y la vida es un instante, me comentaba un vendedor ambulante hace unos días. 

En algún momento de la vida todos somos principiantes. Siempre estamos en lo básico de alguna cosa, o por lo menos debería ser así. Hay que decir que sí (o que no) hay que arriesgarse, “a final de cuentas somos la suma de nuestras experiencias de vida y seriamos muy poco interesantes sin ellas” decía un mensaje que recibí en la FanPage la semana pasada, un mensaje que llegó en buen momento, a propósito. Ayer me encontré con una imagen en Facebook que tenia esta frase: ¿Cuándo fue la última vez que hiciste algo por primera vez? Pensé y me vinieron a la cabeza muchas primeras veces: como la primera vez que comí sushi (que casi vomito), la primera vez que vine a Brasil, la primera vez que salí de Colombia, la primera vez que besé a alguien, la primera vez que lloré por amor, la primera vez que me lancé de un Sky Coaster, la primera vez que me oriné de la risa, la primera vez que me sentí muy sola, la primera vez que me pagaron por mi trabajo, y otras tantas. ¿Cuál será la próxima? 

Pedro Guerra dice en una de sus canciones: “El miedo es una trampa que atrapó al amor” ¿Qué otras cosas atrapa el miedo? ¿Hacer cosas por primera vez? Algunas veces sí, la mayoría de las veces, diría yo, pero el miedo no debe inmovilizar, esa es la gran diferencia. Debería empezar por ir a mi primera fiesta de disfraces (en mucho tiempo), tal vez, aprovechando que es Octubre y contando con suerte, me encuentre a un tipo disfrazado de Freud y por esos días yo caiga en una laringitis.

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