lunes, 30 de julio de 2012

No quiero poner la palabra 'poesía' en el título

En estos días imaginaba un mundo sin arte y eso me hizo ver las cosas desde otro balcón. De entrada pensé en la poesía. La poesía en ocasiones me aburre, ella y yo no vamos de la mano, no es algo que llame mucho mi atención, hay cosas que no entiendo, que me parecen absurdas. Cuando estaba en la universidad en Barranquilla, de vez en cuando iba a recitales poéticos, porque quería conocer gente con sensibilidad al arte, y en esas idas escuché a Luis Mallarino, por ejemplo, y me gustó su trabajo. Sus poemas pisaban suelos que yo no había pisado, no tan convencionales como lo que yo conocía, que no era mucho tampoco. De los recitales a los que fui, me acuerdo de pocos nombres, leí algunos poemas de Luis después, pero hasta ahí quedó. Por petición de un amigo fui un día a otro recital, todo me entró por un oído y salió igualito por el otro, o mejor dicho, ni entró. Mi amigo me decía: “La poesía es tan sublime” y yo ponía cara de quererlo matar de un puño.

Más tarde en Montería conocí por mi insistencia a acercarme a la literatura a Irina Henríquez, una poeta o poetisa, no sé como a ella le gusta que le digan, de San Juan Nepomuceno (Bolívar), que vive en Cereté y que dirige un taller de literatura al cual fui varias veces. Iri, como la llamo de cariño, conoce mi condición, cuando intenta leerme cosas me dice algo como: “Sí, Cris, sé que tu y ella no van, pero escucha” y yo escucho. El viernes nos encontramos en Barranquilla, ella fue invitada a Poemario y yo fui a hacer vueltas familiares, cuando me vio me dijo: “Te traje un libro de un poeta que quiero que leas, ¡No! Mejor yo te leo a ti”. Me gusta como ella lee, su voz es pausada, gruesa, sin acento, y suena misteriosa, me leyó varios poemas de Frank Báez, un escritor de Santo Domingo que también me gustó. Iri me dice que cada quien tiene un poema, que sólo tenemos que encontrarlo. Ella me está ayudando a encontrar el mío, cada vez me siento más cerca.

De regreso a Montería, en la van que acostumbro a viajar, mirando por la ventana, pensé que la poesía es necesaria, la buena y la mala. La buena porque como los colores de las flores, las formas de las nubes, las aves, le da otro aspecto al paisaje que sería monótono si no existiera. Las cosas bellas le dan sentido a la vida. La buena poesía es la que te toca, la que encuentras hermosa, la que te refleja como un espejo, no necesariamente de este tiempo, ni de este espacio. La mala también es necesaria porque nos hace apreciar la buena. Eso pasa con las artes plásticas, el teatro, la música, pareciera que prácticamente no tienen funciones, pero siempre estamos detrás de ellos, de alguna manera o de otra.

martes, 10 de julio de 2012

Caronas

En Brasil viajar en chance es común. Aquí las personas están un poco más relajadas con la cuestión de que les va a pasar algo si se montan en carro ajeno o si le dan una 'carona' (como se dice en portugués) a alguien extraño. Así llegué a Sao Jose do Rio Preto, un pueblo del estado de Sao Paulo, de donde salía mi bus para Belo Horizonte. Yo estaba en Ilha Solteira visitando a mi hermano y por sugerencia de él y Diana, la novia, entré a la pagina de Facebook de Caronas de Ilha donde alguien había escrito que saldría para Sao Jose do Rio Preto el domingo a las 10AM, respondí que sí, que me servía, y con él me fui. Llegamos a la 1PM mas o menos, mi bus salía a las 8:30 de la noche, es decir, que me tocaba esperar 7 horas y media en una ciudad que aun no conozco ¿Qué hacía? ¿Por qué no te vas para un centro comercial? me dijo mi hermano, me pareció bien y así fue. Estuve con mi maleta a cuestas, porque parecía una penitencia, por todo el centro comercial. Almorcé, comí helado, fui a cine, me senté en mil bancas, di vueltas, y todo eso con un acento colombiano que no podía con él, delatando mi 'extranjeridad'.

¿Qué se preguntaba la gente al verme con una maleta en un centro comercial? Se me ocurrieron varias cosas:  que habían echado de mi casa y no tenía para donde ir, que vendía mercancía a uno de los almacenes, que estaba esperando a un amigo que saldría tarde del trabajo, que había comprado la maleta en el centro comercial , aunque está un poco gastada por los años, pero es válido, o simplemente lo que me estaba pasando, que tenía que esperar un bus que saldría a las 8:30PM y no conocía a nadie en esa ciudad para ir y visitar. 

Ver un montón de gente que no conocía con diferentes tipos de ropa, comiendo hamburguesas, gastando sus horas de domingo me hizo sentirme pequeña, una hormiga entre miles y millones de hormigas que no conozco y no alcanzaré a conocer en toda mi vida, también me hizo pensar que somos más parecidos de lo que creemos.

Estuve en una ciudad que aunque ya había pasado por ahí, antes no me imaginaba ni siquiera que existía. Habrá muchas ciudades así, incluso Montería seguramente es de este tipo para gente que tampoco me imagino. 

lunes, 2 de julio de 2012

A mi me gusta esto

Convertir al computador en una especie de confesatorio lo encuentro cómodo. A mi no me importa mucho que los blogs ya están pasando de moda. Después del cuento del microblogging, con Twitter, del sistema de Tumblr, del mismo Facebook, esto se ha vuelto obsoleto, pero yo sigo escribiendo aqui. Y sí, hay veces que duro semanas sin postear nada, pero es que tampoco es tan fácil.

Empecé con este cuento de blog un día que ba a salir a hacer un trabajo con unos compañeros de la U, quince minutos antes de irme escribí mi primera entrada. Con el blog me he acercado a la literatura y de cierta forma al periodismo. En la Universidad, por ejemplo, a causa del blog, tomé una clase de Escritura Creativa con el escritor Illán Ramón Bacca, también vi Problemas de la Filosofía Contemporánea  y me sirvió mucho, participé de Bacanal, una revista local de unos amigos, conocí varios bloggueros, varios artículos mios han aparecido en periódicos locales y regionales, y lo ultimo que ha causado el blog es ir a las sesiones de un grupo de literatura, primero en Montería, luego en Barranquilla y finalmente Monteria, ahí escribí mi primer cuento y escuché otras cosas que me han hecho ver la literatura de forma diferente.

También me ha causado problemas. No siempre lo que escribo aquí es real, hago la aclaración. Pero sí hay cosas reales en las que suelo ser muy dramática. Entonces las personas involucradas en el post, lo leen y luego haciendo conjeturas, me preguntan, a veces cosas favorables, a veces no. Pero tampoco es algo que me afecte mucho. Para escribir primero hay que empezar por lo que nos pasa diariamente, luego sí viene la ficción, que también tiene un poco de realidad, por supuesto.

Algo que me encanta de esto es que cuando esté mas vieja  podré saber lo que pensaba en años anteriores. Y seguramente me dará verguenza, como cuando uno ve una foto vieja de uno mismo, de hecho ya me pasa con el primer blog. Pero a la final es interesante y me ayuda a conocerme, y también a conocerse a ustedes, mis lectores, en la medida que uno conoce la vida de los demás y sus comportamientos, se va dando cuenta de lo que es uno mismo, o por lo menos, de lo que no es.

Creo que ya tengo 3 años de estar escribiendo aqui y me durará hasta que se me quiten las ganas, no creo que sea por ahora.