lunes, 21 de febrero de 2011

Cuando alguien se va es mejor dar la vuelta

¿De qué sirve quedarse ahí? ¿Esperando qué cosa? ¿Que se nos aparezca un genio de botella? ¿Que pase un milagro inesperado? Cuando alguien se va es mejor no gritar su nombre, ni rogarle que vuelva, aunque el piso se haga resbaladizo, el aire te asfixie, el ruido sea insoportable, el mundo se te caiga encima.

Cuando alguien se va es mejor dar la vuelta, no te quedes hablando solo, ¡No lo pienses tanto! ¡No lo sientas tanto!, rompe el monólogo. A veces el deseo se mete en el corazón, puedes estar confundido, vete tú, no mendigues, no pidas agua aunque sientas sed, recuerda que el tiempo todo lo cura, sin prozac, ni libros de autoayuda, sin Walter Rizos.

Cuando alguien se va no lo molestes, deja que siga su camino, que fluya el universo, da la vuelta, media vuelta y observa cada cosa del lugar donde estés, casi siempre el otro es como un sucio en el ojo que estorba y te pone a ver a medias. 

viernes, 18 de febrero de 2011

Psicomagia

Alejandro Jodorowsky
Cuando Jodorowsky, un director de cine, psicoterapeuta y dramaturgo chileno, ente otras cosas, encontró la frase “La poesía es un acto” de Marinetti se le iluminó el camino. Empezó a llamarle la atención más el acto poético que la escritura misma, entonces, decidió caminar en línea recta sin desviarse nunca, pasando por encima de árboles, entrando y saliendo de las casas por las puertas traseras, poco a poco, pasó a actos más arriesgados, como orinarse la oficina del director de la facultad de psicología donde estudiaba y poner una gran cantidad de monedas en un maletín con una abertura para disfrutar viendo a las personas recoger el dinero. Dice que la poesía “está ligada al temblor de la tierra, atraviesa con su espada la mentira y las convenciones”, que concibiéndola de esta manera, podría tener poderes purificadores y terapéuticos. Y así lo hizo, pidió a varias personas a que realizaran actos que siempre habían querido en la calle para liberarse de sus fantasmas, entonces algunos salieron desnudos, otros jugando con sangre, otros gritando, etc., y así el teatro lo sacó de las salas y a los actores de las academias.

Luego, Jodorowsky empezó a modificar sus sueños en algo que llamó “sueño lúcido” en el era consciente de que estaba soñando y así jugaba con los escenarios, de África pasaba a la Antártida, de ser hombre pasaba a ser mujer y a experimentar cosas que nunca haría despierto, como los orgasmos femeninos. Luego, pensó que el sueño también podía ser terapéutico y lo utilizó para sanar cosas del pasado. Más adelante, en su estadía en México fue ayudante de Pachita, una bruja que curaba las enfermedades más difíciles a la gente con el único requisito de hacer lo que ella dijera. Su intención no era ganar dinero, su labor fue de ayuda, sin embargo, la gente le pagaba porque quedaba totalmente agradecida. Varios amigos que Jodorowsky quedaron sanados después de visitarla y practicar sus consejos, uno de ellos decía que Pachita era una mujer excepcional, que no había conocido a nadie como ella. Tiempo después murió y su don le fue donado a su hijo mayor.

Todos estos actos: el poético, el onírico y el mágico le permitieron a Jodorowsky llegar a la Psicomagia, una manera de sanar a la gente a través del tarot y de ciertos actos que él les pide a sus pacientes que hagan y que sólo llegan a su mente a través de su inconsciente. Muchas personas van a verlo en el Cabaret Místico que hace en Francia todas las semanas y que tiene más de 500 espectadores. Ha ayudado a muchos a salir a adelante a través de esta práctica: a escritores que no tenían inspiración a redactar libros , a gente que ha tenido problemas con sus hijos, a hijos que han tenido problemas con sus padres, nadie le paga porque él no vive de esto, las personas que reciben su ayuda escriben su mano la palabra GRACIAS y deben enviarle una carta describiendo el problema, la práctica que él recomienda y las consecuencias de esta práctica.

lunes, 14 de febrero de 2011

El viejo Deivinson

El miércoles de la semana pasada murió el escritor David Sanchez Juliao. No lo podía creer. Fue un señor que siempre consideré cercano, tal vez porque éramos coterraneos, el de Lórica, yo de Montería, o porque fue un gran maestro para mí, me enseñó a reafirmar mi identidad a través de sus conferencias, libros y audiolibros, o las 2 cosas. El tipo fue grande, eso hay que tenerlo claro. Sus relatos eran totalmente verídicos, porque además del humor que siempre le inyectaba como típico mamador de gallo caribeño, denunciaban, dejaban un mensaje y eran el reflejo de una sociedad que muchos taparon. El flecha es un gran ejemplo de esto que digo, este, uno de sus audiolibros más famosos grabado en la década de los 70's, narraba la historia de un boxeador de Lorica (Córdoba), hijo de una lavandera, del cual se desprenden una serie de relatos que muestra que nuestra región, y por supuesto el país, está lleno de injusticias sociales, desempleo, ignorancia, pobreza, y que estos elementos aún están vigentes. Él lo supo hacer con gracia, esta es una obra que dan ganas de oírla mil veces, indudablemente un gran aporte para la cultura Caribe.
El viejo Deivinson, como le llame El Flecha, era grande para los que queríamos lo nuestro. Espero que su obra siga llegando a las nuevas generaciones que aún no la conocen. Y que él no muera, por lo menos no en nuestras tertulias, nuestros recuerdos, nuestra imaginación.

Les dejo a El Flecha:

miércoles, 9 de febrero de 2011

Me acuerdo... por María Cristina Ibarra

ME ACUERDO de la sangre que derramé cuando me corté la mano derecha y tuvieron que cogerme 9 puntos a los 3 años.

ME ACUERDO que estuve en clases de karate cuando estaba en primero de primaria.

ME ACUERDO que me tocó representar a la Virgen María en un acto cívico y la rectora me dijo en pleno acto que no le diera la espalda al público.

ME ACUERDO que no quería ir al colegio porque le tenía miedo a un loco que dormía en la iglesia donde tenía que ir a rezar en la mañana.

ME ACUERDO que mi mamá me obligó a que fuera.

ME ACUERDO la primera vez que vi Cartoon Network en el cuarto.

ME ACUERDO de que mi primer beso fue debajo de mi cama con un primo del cual me enamoré perdidamente.

ME ACUERDO de unas mentas verdes que costaban 20 pesos y que venían sin envoltura.

ME ACUERDO que la primera canción que me aprendí en guitarra fue: probablemente ya, de mi te has olvidado, y sin embargo yo, te seguiré esperando…

ME ACUERDO que en las vacaciones iba a Santa Marta con mis tíos y en todo el camino escuchábamos a Gloria Estefan y a Carlos Vives.

ME ACUERDO de Morelia y Cara sucia.

ME ACUERDO del billete de 200.

ME ACUERDO del día que mataron a Pablo Escobar.

ME ACUERDO de que estuve en Técnicas avanzadas de lecturas Cattel.

ME ACUERDO del primer y único eclipse de sol que he visto. Las gallinas se fueron a dormir y las luces de la calle se encendieron.

ME ACUERDO de la primera vez que fui a Mc Donalds. Pedí una cajita feliz y me salió La Bestia de La Bella y la Bestia.

ME ACUERDO del día que abrieron el Vivero en Montería.

ME ACUERDO que ese día mi papá me llevó al Ley.

ME ACUERDO de la Caponera

ME ACUERDO de Mayoneeeesa, ella me bate como haciendo Mayoneeesa.

ME ACUERDO de la primera vez que me conecté a internet. No podía creerlo.

sábado, 5 de febrero de 2011

Madre e hija

Son las 11 de la noche. Es viernes. Si estuviera en Barranquilla a lo mejor estaría en la Rueda de Tambó en Barrio abajo, bailando y tomando una o dos cervezas con mis amigos en una fiesta increíble, sudando hasta en los huesos. Pero no. Estoy en Montería y cuando caí en cuenta de que era viernes, ya era muy tarde para hacer planes. ¿Planes con quién? pienso. Podrían ser con mis amigas de siempre, con mi hermana o mi papá. Podría llamar a alguien que creyera disponible y salir a tomarnos algo de vino o quizás ir al cine. Pero no. Estoy aquí, me quedé en casa. Después de chatear un poco decidí desconectarme de Messenger y ver una película de Rodrigo García Barcha, hijo de Gabriel García Marquez: Mother and Child, ahí me tuvo pegada al computador por más de 2 horas un poco metidabunda, un poco confundida, al principio no lograba conectar las 3 historias que suceden paralelas. Con mi facilidad de llanto y mi sensibilidad sin término, lloré. Y aquí me tienen, desahogándome. No había nadie a esta hora a quien le pudiera hablar sobre la película y decirle lo mucho que me gustó y lo real que la sentí. La idea que me queda en la cabeza es que no hay que esperar mucho para hacer las cosas, aunque a veces de miedo, aunque no se sepa qué pasará. Si tienen algún tiempito, no estaría mal que la vieran.