martes, 19 de julio de 2011

Brasil no es bossa nova

Brasil no es bossa nova, eso es música para extranjeros, dice mi amiga brasileña, tanto que muchas canciones tradicionales las han traducido al inglés. Es música de exportación, algo que a la masa brasilera no le importa mucho. Brasil no es Bossa Nova y era esa la música que yo esperaba escuchar en la calle, la que yo quería cantar en clases de portugués, la que me imaginaba de fondo en los bares de Juiz de Fora.

Tampoco hay Garotas de Ipanema por doquier, ni hombres románticos que comparan peces con besos. Brasil no es favelas, existen, pero no están en todos lados, tampoco todo es droga y playa. La imagen que muestran los medios de comunicación casi siempre es errada y exagerada. Lo que he visto aquí es algo que no está muy lejos de lo que es Colombia: A la gente le gusta el funk (se lee founky), un ritmo que se parece al reggaeton en su manera de referirse al sexo como el placer más sublime. Es como el opio del pueblo, la cachaça do povo. En las favelas de Rio de Janeiro, donde la educación es escasa, la gente consume lo que ve en la televisión, que no es más que es una mezcla de religión y sexo. El sexo se evidencia en el funk y la religión en el montón de iglesias que hay en estos lugares, situación que se replica en otras favelas y en lo que no es favela también.

Pero no solamente eso se escucha, también existe el forró, la samba y el pagode, los brasileros saben mover su cuerpo, se siente la sangre negra en su música, el tambor siempre presente. Así como Colombia no es drogas, Cuba no es Fidel, México no es telenovelas, Brasil no es bossa nova, y para mí que soy una romántica empedernida es decepcionante.

viernes, 15 de julio de 2011

Brasilombia

Todo cambió cuando llegué aquí. Desde lo que como en el desayuno hasta la ropa que uso para salir los fines de semana. Incluso la palabra amor es diferente, se pronuncia diferente, se vive diferente, no es muy parecida a lo que soy, a lo que me han enseñado, a lo que he copiado de la calle, de mi familia, mis amigos. Aún no me acostumbro, el amor brasilero y el amor colombiano tienen sus diferencias, o mejor, entre un brasilero y un colombiano hay muchas diferencias que podría resumir básicamente a esto: el brasilero es directo, sabe lo que quiere y va derecho sin rodeos, el colombiano, aunque sabe lo que quiere se va por los bordes (además de que las mujeres lo aceptan así, eso se lo enseñan a uno desde chiquita: “Entre más difícil se haga, hija, más rápido va a tener al hombre en sus manos”), entonces podemos decir que mientras un colombiano está tomando café detrás de una vieja, “conociéndola”, un brasilero ya ha besado a 3 en una noche. Los brasileros primero besan y luego intentan conocer, la mayoría de veces sólo besan, en Colombia los tipos intentan conocer y luego besan, por eso dice Heli que dice Rita Lee, la famosa cantante brasileña, que el sexo va antes y el amor después, aquí la gente primero se va a la cama y luego se piden los teléfonos, para mí es como mariposa y luego larva, como llegada antes de camino. Los brasileros, hombres y mujeres, se dejan guiar por la química, eso es más importante que tener gustos musicales parecidos o ver los mismos programas de televisión. En Colombia, lo más normal si se quiere una relación seria es que primero se hable un poco y luego sí viene lo demás. Supongo que son dos maneras diferentes de llegar a lo mismo, una más complicada que la otra (la brasilera es más complicada), pero finalmente una relación de dos.

Nota publicada en el blog BlueMonk Moods.

jueves, 7 de julio de 2011

(Imagine el título que se le de la gana)

Camino a casa desde el trabajo había encontrado el tema que acabaría con mi bloqueo mental, pero justo cuando apareció la página en blanco frente a mi todo se fue a un lugar que me gustaría saber cuál es porque no recuerdo nada. Seguramente sería una historia de amor o tal vez algún cuento del lugar dónde estoy viviendo, llevo un mes y medio aquí y es la hora y no escribo sobre eso. No es que no esté aprendiendo, ni hayan cosas que no me impacten, es que no sé como pasar eso a letras, me está costando, para estar aquí ahora tuve que buscar música instrumental, alguna cosa que me hiciera pensar y avivara un poco mi tacto. 

Parece que las palabras se han ido, y no quiero, soy una persona que necesita desahogarse, siempre estar hablando de lo que me pasa, de las cosas más triviales, de los momentos más simples, también me gusta oir a los demás, oir, el chat a veces me cansa un poco. Lo que realmente me gusta de todo eso es la compañía, una compañía no tan superficial, no basta una tarde o una noche, para el intercambio de experiencias se necesita tiempo, pasar los límites de las preguntas básicas como ¿cómo te llamas? ¿de donde eres? ¿si? ¿de Colombia? No basta con preguntar cómo se es, creo firmemente que las palabras son solamente una pista de lo que realmente pasa, para saberlo hay que vivirlo. Todavía no recuerdo cual era el tema de mi post de hoy, pero me da la impresión de que estoy saliendo del bloqueo.