jueves, 8 de enero de 2015

Lo que dejó el que se fue


A comienzos del año pasado, mas o menos por estos días estaba en el Tayrona con algunos amigos, tomando té de coca, jugando UNO, disfrutando el mar de fondo, el cielo estrellado y siendo feliz. En el paseo dijimos que haríamos una segunda parte este año, pero son muchas cosas las que pasan en un año, y por razones que no caben aquí, aún no hemos ido, y no veo planes de ir. En un año, como leí ayer en una imagen en Facebook, mucha gente entra, deja o se queda en tu vida. Muchas cosas pasan, el tiempo es una gran incubadora de todo tipo de cosas. Y un año es suficiente para cambiarlo todo. 

Mis amores son otros, mis sueños son otros, mis pies son otros, mi lengua es otra, mi mente también. Todo lo que viví este año lo llevo a cuestas y paradójicamente eso lo va cambiando a uno. Algunas cosas la he olvidado, otras las llevo muy presentes y así voy construyendo año tras año, esto que soy. Este año que pasó viajé más de lo que pensaba, en el momento en que el menos planes de viajar tenía, más aviones me tocó coger, y no sólo aviones, también buses, carros, y hasta mis propios pies. Conocí gente me ha enseñado mucho, otras que han sido ejemplo, ejemplo de lo que debo y no debo hacer, tal vez un contraejemplo, gente que es mejor no recordar y gente que se ha robado mi corazón inexplicablemente.