sábado, 26 de noviembre de 2011

Cromosomas y diablitos

Estudiar en un colegio de monjas no es fácil. Tampoco es fácil estudiar en un salón de clases con un profesor al que acusé de discriminador, casi nazi, claro que debo reconocer que gracias a él escuché por primera vez conscientemente a Vivaldi y sus Cuatro estaciones, algo que me acercó de cierta forma al arte. El hijo de mi profesor estudiaba música en la Nacional de Bogotá, y para mí eso era una cosa de otro mundo. Mi profesor de música en el colegio decía que el tipo era bueno, y según mis analisis actuales, puedo decir que lo admiraba. Javier, empezó a trabajar en colegio porque al profesor de música anterior lo habían echado, aún desconozco las razones, y es algo que tampoco me importa.
No recuerdo cómo, pero un día terminé cantando en una banda de chicas que no tenía  nombre dirijida por Javier, o lo contrario, tenía tantos nombres que ya no sabíamos cómo nos llamábamos, para mí era Cromosoma X. El grupo estaba conformado por cuatro: Vanessa, en el bajo; Mónica en la guitarra eléctrica, Briana en la bateria, y este pecho en la segunda guitarra y voz. Los instrumentos eran armados por retazos: El bajo y la planta de bajo eran prestados, cada jueves Vanessa llamaba a los bajistas que ella conocía en Monteria y lograba que alguno le prestara el instrumento que necesitaríamos para el viernes en la tarde, en la semana Vanessa practicaba con una guitarra acústica normal. La guitarra y la planta de guitarra eran de Javier, la bateria eran las sobras de una extinta banda de guerra del colegio, una bateria marca Remo que espantaba hasta las cucarachas del salón donde ensayábamos, y mi guitarra electroacústica era el resultado de vender brownies en el recreo y del dinero de un papá generoso.
Tocamos en varias partes, para ser principiantes, hacíamos show, pues una banda de rock en una ciudad pequeña no es muy convencional y menos una banda de chicas, tocamos en dos de las más importantes universidades, salimos en la radio, hasta Clavita nos sacó unas líneas en el periodico El Meridiano, conocimos muchas personas que ahora son músicos profesionales y lo más importante, disfrutamos tanto como pudimos.
La banda tuvo sus conflictos, Mónica se fue de la ciudad, e inténtamos con otras personas, pero nunca funcionó, en uno de los intentos de resucitar a Cromosoma X, nos fuimos a ensayar a un bar del hijo de las señora donde vivió mi tio en la adolescencia, él cual muy amigablemente nos prestó los instrumentos del lugar, aunque poco después de estar en acción se apareció Jose Matera, el cantante de Los de Adentro, y hasta ahí llegó el ensayo, supondrán las razones.
Las monjas nunca nos quisieron del todo, empezando porque todos los viernes les dañábamos la tarde y teníamos un aire 'diabólico' que supongo ellas no soportaban. Con el tiempo la banda pasó a la historia y de vez en cuando Briana y yo hablamos al respecto, ella estudia Ciencias políticas en Buenos Aires, hace unos meses fui a visitarla, de Vanessa y Mónica sé muy poco, de Javier que vive en Bogotá, que grabó un cd y que es un tipo que lucha realmente por sus sueños. Lastimosamente en esos días ni YouTube ni las cámaras digitales estaban masificados, sólo quedan en la memoria la música que invadía mis tardes de colegio en esa época y el tiempo en donde me sentía realmente libre. 

viernes, 25 de noviembre de 2011

Escaleras

Vivo en el apartamento 405. Todos los días de mi vida subo (y bajo), por lo menos, 3 escaleras. Recién nos mudamos a este lugar me quejaba, no entendía porque al arquitecto del conjunto no se le ocurrió instalar un ascensor.

Ahora es parte de mí, subir al cuarto piso lo encuentro normal. Mis piernas, mis brazos, mi miente y mi cuerpo se han acostumbrado paulatinamente a ello. He calculado el tamaño de los escalones, conozco el lugar estratégico para poner mis manos, sé exactamente donde tengo que pisar para no caerme al dar la vuelta, puedo andar por ellas en sandalias, tenis e incluso tacones. 

Subir escaleras con agilidad y sin cansancio ha sido cuestión de tiempo, como todo en este mundo. Hace una semana leía en una famosa revista nacional que los genios no existen, su éxito reside en las horas de práctica que le dedican a lo que hacen. 

El tiempo es el gran causante de muchas cosas, agregando que es importante ser constante y disciplinado, ya sea porque nos toca, como es el caso de las escaleras, o porque nos gusta. Con el pasar del tiempo se olvida o se aprende, o puede ser solo lo último, cada cosa que aprendemos se va superponiendo y es eso lo que llamamos olvido. El tiempo es la gran encubadora de cosas buenas y también el gestor de vicios implacables. 

Nota publicada en el blog Mil canciones incrustadas en los Huesos el 15 de Julio de 2010. 

domingo, 13 de noviembre de 2011

Personas-Chocolate

Este parrafo me le encontré en el computador viejo. Lo escribí hace algún tiempo y me pareció chévere. Ahí se los dejo.


Todos tenemos cosas raras dando vueltas alrededor de lo que somos. Raras en el sentido de que no son parte de uno aunque estén ahí. Son como el chocolate que está en la puerta de la nevera y no es nuestro, aunque el cuerpo se rebose de ganas no debemos tomarlo. Si lo hacemos vendrán las consecuencias: El dueño nos reclamará, tal vez nos pida que le compremos uno nuevo, que no lo volvamos a hacer, quizás no meta más chocolates a la nevera, o los esconda detrás de las verduras. El chocolate no es nada raro. Hay chocolatinas en todos los supermercados. Lo raro es que esté en mi nevera, y no pueda (deba) comerlo. En el mundo existen personas-chocolate, ahora mismo está una tocando la puerta. Quiero abrirle, pero no la dejaré pasar. Creo que se ha equivocado de apartamento. 


martes, 8 de noviembre de 2011

Normal

Los sentimientos son propios del ser humano. No existe la insensibilidad en nosotros. Todos, sin excepción, amamos, o odiamos, nadie se va desde este mundo sin sentir, sin ir mas allá de la razón. Algunos son más expresivos, con los gestos, las palabras, las formas de actuar, van diciendo lo que se les pasa por el corazón, otros, simplemente guardan silencio, usan gestos neutrales y van por la vida como si nada les importara, también hay personas en el medio, personas que se pasean por los matices. Creo que todos tenemos partes en nuestras vidas en donde no compartimos sentimientos con el otro, entiéndase otro, como el sujeto con el que completamos una relación, ya sea de amistad o de pareja, entonces resulta que encontramos momentos especiales donde el otro no lo ve, sentimos la felicidad al lado, pero el otro no la siente, creemos que son minutos irrepetibles, pero el otro lo encuentra absolutamente normal, también hay ocasiones donde somos el otro. Con el pasar del tiempo puede ser que lo que nos hacía amar la vida, desaparezca, lleguen otras personas, seamos diferentes, o también puede ser que no hayan eventos mas allá (o menos acá) de lo que es natural, y el amor, en cualquiera de sus facetas, esté dentro de lo que llamamos normalidad, nada que se ubique en los extremos, ni es la felicidad plena, ni la tristeza que nos inunda.


domingo, 6 de noviembre de 2011

Nudos

Hoy escuché un comentario que me hizo reflexionar. Realmente me causó gran tristeza, porque seguramente muchas personas piensan parecido. No podía creer lo que esa persona estaba diciendo. Aparte de quitar cierto atractivo que veía en él, me hizo entender un poco donde vivo, me hizo ver al egoísmo frente a mí, me hizo cambiar mi concepción de mundo. Yo no acostumbro a tocar esos temas aquí en el blog, pero tengo que desahogarme, espero que no manden una carta de no sé donde insultándome, como me pasó con otra nota.

Creo que la educación es un derecho para todos. Gracias a la educación es que los pueblos avanzan, porque a través de ella se genera conocimiento. Estoy sentada frente al computador, porque a alguien algún día se le ocurrió que las comunicaciones podían ser digitales, y se detuvo a ver y a experimentar, hasta que llegó a esto a lo que en este momento doy golpecitos para transmitir a una pantalla lo que pienso.

La educación en Colombia no es la mejor, somos un país que no investiga, y que seguimos copiando muchas cosas de Europa. Particularmente, desde el diseño puedo decir que en la universidad aprendí más de la historia del diseño europeo que del diseño latinoamericano. Igualmente cuando estudiaba música.  Gran parte de mi plan de estudios eran piezas de Bach, Beethoven, Mozart, etc., "porque eran la base" de lo que hoy se conoce como música occidental, todos europeos.  Porque aunque queramos ocultarlo, seguimos atados a este continente, ya no con cadenas que hacen sangrar, sino con otro tipo de ataduras, y es la educación (y con ella la investigación) una manera de romper estos lazos.

Cereté - Córdoba - Colombia

Somos una nación que tiene capital para invertirle a la educación así como lo ha hecho con la guerra y como lo han demostrado los grandes robos que salen en los diarios, somos un país pobre, porque con eso hemos crecido, y no es fácil salirse de ahí. Para entender que la educación la debemos tener todos se necesita de educación, ver nuevos horizontes, creer que existen más posibilidades. No me imagino a Elvira, la joven que ayuda a mi madre con las labores del hogar, pensando que puede salirse de ahí. No porque ella no tenga las capacidades, porque sea menos que yo, sino porque no tiene las herramientas suficientes para pensar que es posible la movilidad social, que aunque su mamá se haya casado a los 15, haya tenido 6 hijos, y también haya sido muchacha del servicio, ella puede salir adelante con su trabajo y esfuerzo. Algo parecido pasa conmigo en diferentes proporciones.

Elvira no sabe leer, a lo sumo escribe su nombre, y ese es el perfil necesario de un pueblo maleable, de un pueblo que se deja convencer con espejitos, cemento, y ladrillos para una casa nueva. Eso es lo que se necesita para que unos cuantos tengan oportunidades y los otros se pudran en la miseria. No se puede decir que la educación es un privilegio para pocos, eso sería volver varios siglos atrás. Todos, sin discriminación, debemos tener la oportunidad de ir a una escuela y aprender, y dejar de ser mano de obra barata, dejarnos asombrar de los países que sí investigan, soltar los nudos que nos atan a la pobreza. 

martes, 1 de noviembre de 2011

Olvido

El olvido es el gran antídoto para el dolor. No hay nada más poderoso que olvidar. Me refiero a los dolores del alma, porque para los dolores del cuerpo existen otras cosas que salen de laboratorios o de cabezas ‘creativas’, también de la experiencia. El problema del olvido que entre más tratemos de olvidar, menos lo hacemos, porque si nuestro deseo es olvidar el objeto es porque está ahí, latiendo. El olvido es igual a pasado, no existe en el futuro, ni en el presente. Para el olvido lo mejor es pensar en otras cosas, buscar nuevos paisajes, abrir nuevas ventanas, pasar la página, las nuevas vivencias van tapando el hueco en donde vive lo que queremos olvidar y es así como avanzamos. Por lo menos así ha sido conmigo. Se me queda el celular en la casa porque seguramente pensaba en un asunto más importante, no recuerdo ciertos nombres porque no los uso diariamente, porque no tienen gran peso en mi vida. Olvidar es sinónimo de superponer, de abrirle los brazos a lo nuevo, a lo no-vivido.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Mientras voy en el bus hacia Pampulha

El amor es el sentimiento que hace que los seres humanos perduren en la tierra, por eso deberíamos odiarnos todos para ver si algún dejamos de ser el peor mal del planeta.

Nos da miedo amar porque algunas veces la otra persona también se cierra, porque los sentimientos no son siempre recíprocos, porque nos ha pasado antes.

Existen personas que sienten conexiones tan rápidamente que en pocos minutos ya han creado algo.
Creo en el amor a primera vista, en lo que no creo es en las relaciones amorosas duraderas basadas en amores a primera vista, porque para tener una relación no basta amar.

Cuando dos personas se encuentran han conspirado dos factores: el tiempo y el espacio. Podemos amar al mismo tiempo pero si no compartimos el  mismo lugar, es complicado, la Internet no da para sostener una relación, por lo menos no para mí, y menos sin tener la esperanza de que algún día me voy a encontrar con esa persona. Por otro lado, podemos amar a alguien en la misma ciudad, pero no al mismo tiempo, como dice una amiga mía: amamos en destiempo, amamos primero o amamos después, pero no al mismo tiempo, conozco personas que no quisieron nada en el momento en que la otra quería una relación, entre esas personas estoy yo, también conozco personas que quisieron una relación con alguien, pero ese alguien no quiso una relación con ellas, entre esas también me encuentro. 

jueves, 1 de septiembre de 2011

Parques

Cuando la plata no alcanzaba, la gente quería tomar vino y no había casa que nos aguantara, los parque eran el único lugar que con sus brazos abiertos nos dejaba sentarnos en sus jardines o en sus escalones para tocar guitarra y apreciar la noche desde la intemperie. Como nosotros habían otros más que estaban por ahí y que de vez en cuando se veían atraídos por el sonido de una guitarra noctámbula y entonces, el grupo crecía, sin pensar en que nos íbamos a encontrar otra vez, ni en la calle, ni en la Internet, porque Facebook no existía.

De los parques, especialmente los de Barranquilla, puedo decir que les guardo cierto respeto por dos cosas, primero porque hay que tener cuidado: si no estás en un grupo grande y no conoces el ritmo de la ciudad, puede resultar peligroso, (aunque se peligro en el ambiente es algo emocionante), una vez me atracaron en una de esas andanzas, y segundo porque, pasé noches maravillosas debajo de la luna y con gente que no se encuentra a la vuelta de la esquina, aunque sí en los parques.

Estos lugares son la oficina de mucha gente extraña que vive en la calle, y que le gusta la noche. Aquí en Belo Horizonte, hace dos fines de semana, con guitarra en mano y 10 personas junto a mi, nos fuimos a la Praça da Libertade a conquistar la madrugada con canciones. Al grupo llegaron 3 personajes: el primero era un tipo que traía una caja mágica, para abrir la caja recitó un poema hecho por el mismo con palabras que le pidió a la audiencia, después de un verdadero show, quitó la tapa y mostró lo que había dentro: bombones de chocolate para la venta y que según él, el mismo hacía. El segundo tipo era un metalero, vestía un abrigo negro hasta los pies, tenía el pelo largo, unas ojeras de tres meses y le faltaba un dedo en la mano derecha, le gustaba acompañar las canciones percutiendo la caneca de la basura, particularmente el tipo me cayó bien, la rudeza de su vestimenta no iba con la dulzura de su forma de ser. El tercer tipo era un morador de la calle que insistía en tocar mi guitarra, tenía mas o menos como un año sin bañarse y por lo tanto un olor a sopa rancia consecuente con la situación. Se la presté con cierto recelo, me imaginaba en Once, una pelicula en donde al protagonista le roban la plata que se ganó tocando guitarra en la calle, pero como buena colombiana, desconfié. Al fin tocó una canción que me gustó del grupo brasilero Legião Urbana llamada Tempo perdido, y con esto llegaron otras personas, porque la guitarra antes de ser otra cosa, es social.

Los parques siempre traen historias, la calle siempre trae historias, el hecho de salir de la casa ya es lanzarse a la vida, pero no cualquier vida, La vida.

domingo, 28 de agosto de 2011

¿Qué prefieren los hombres?

¿Cómo conquistar a alguien? es la pregunta que me llevo haciendo estas dos últimas semanas. He olvidado todas las tácticas y los métodos ¿Existe un manual? ¿Dónde lo venden? ¿En algún out-let?

Las miradas son importantes, dice mucho mirar sin hablar, pero también sin palabras no se llega a nada, hay que escoger bien la forma y el fondo. Conquistar es como venderse, mostrarse. Hoy escuché una canción de Teatro Mágico, un grupo brasilero, que dice: "Ella no sabe quien soy yo, ella no habla mi idioma" y con esto reforcé mi pensamiento de que para lograr esa venta el idioma es fundamental.

Cuando se quiere estar con alguien el físico hace parte del gran todo, pero no es lo único, conozco tipos bonitos que no tienen nada en la cabeza, también conozco tipos bonitos, que se creen feos y así ya vamos mal. Particularmente, mis gustos no van con el típico modelo hollywoodense del tipo mono de ojos azules, a mi me conquista la actitud y esa mirada al mundo desde una óptica escondida .

Un amigo dice que si una mujer no le presta atención de entrada, tampoco le prestará a la salida, para mí, tiene algo de cierto, pero también me parece un pensamiento conformista, un extremo, el otro sería la intensidad. ¿Habrá alguna fórmula? A ciertas mujeres les gusta que le regalen flores y las saquen en carro a pasear, a comer, al cine. ¿Qué prefieren los hombres?

Centros comerciales

Los centros comerciales son casi iglesias, la gente va los domingos y entrega al consumismo su diesmo. Pedro Guera dice en un concierto que estando en Colombia pidió a alguien llevarlo a conocer la ciudad, y esta persona lo llevó a un centro comercial, queda claro que clase de persona que era esta, que se olvidó que existen los parques, los atardeceres, los museos o los lugares turísticos . Las ciudades no se conocen por los centros comerciales, cuando se entra ahí las personas se convierten en ciudadanos de occidente y es como si perdieran su nacionalidad y tradiciones, no existen muchas diferencias entre un centro comercial de Buenos Aires, uno de São Paulo y otro de Bogotá, las marcas pueden variar, la fisionomía de la gente también, pero el acto de querer vender (y comprar) hasta la madre, es el mismo. De los centros comerciales me gustan los cines, para conocer el movimiento de una ciudad, prefiero ir las ferias, por ejemplo.

Feria Hippie  - Belo Horizonte (Brasil)

martes, 16 de agosto de 2011

Libros usados

Buscando un lugar donde vendieran libros baratos en esta ciudad, alguien me dijo que se conseguían de segunda en la calle Padre Café después de la estación de gasolina de la Av. Independencia. Desde hace varios días estaba con la idea de ir, pero ahora estoy con Estrella distante, un libro de Roberto Bolaño que compré en el viaje a Buenos Aires y siempre me he dicho que es mejor no comprar libros hasta que no termine lo que estoy leyendo, también siempre termino haciendo lo contrario, así que emprendí mi búsqueda.

El nombre del lugar no lo sabía, llegué a la calle que me dijeron, pregunté en la farmacia de la esquina y el vendedor me dijo que había algo parecido a la mitad de la siguiente cuadra, fui para allá y mientras lo hacía me imaginaba en una película, como Julia Roberts en Comer, rezar y amar conociendo las calles de Italia, a diferencia de que ella estaba en Milán y yo en Juiz de Fora, pero puedo decir que el sol , mis gafas oscuras y la botella de agua en la mano me hacían imaginar una cámara en frente mio siguiendo mis pasos.

Cuando llegué a la mitad de la cuadra vi un letrero que decía Quarup, tenía cara de lo que estaba buscando, pero no veía libros por ningún lado, era un pasillo largo, tipo la ultima sede de Caza de Poesía en Barranquilla, entré, el pasillo estaba lleno de plantas y al final de él había una casa pequeña, con una mesa y varias sillas afuera, en una de las sillas estaba un señor que me recibió con la frase "A ti te estaba esperando", y llegué a asustarme, ¡Yo también estaba esperando esté momento! debí contestarle, pero luego entendí que el tipo estaba equivocado.


Afuera de la casa también estaba una pila de libros viejos en inglés, me senté a esperar a que alguien llegara a abrir la libreria, y después de unos 10 minutos apareció un señor que me hizo pasar de una vez. No conocía algo parecido, las paredes estaban llenas de libros en inglés, español, italiano, y había montañas de libros y revistas. Ahí me tomé un café que me brindó el vendedor, y me llevé varios libros de arte y una novela de Jorge Amado, un famoso escritor brasilero. Juiz de Fora me sorprendió, parece que tres meses no fueron suficiente para conocerla como me hubiera gustado. Estas son las cosas que me gustan de las ciudades, lugares que tienen una magia que no logro describir, pero que se siente.

domingo, 7 de agosto de 2011

Mi Barranquilla

Hoy sentada por fin en un café en Juiz de Fora, tomándome un macchiato, le contaba a mi amiga brasilera que viví en Barranquilla por seis años. Sentí que tenía tantas cosas que contar que no me iban a caber en la boca. Barranquilla es una ciudad llena de situaciones que me sorprendieron para bien. Los personajes que viven allá no se encuentran en otros lugares: el tipo que vende aguacates en el semáforo de la 75 con 51 y que se viste de saco y corbata bajo un sol que provoca una temperatura de 40 grados centígrados. Anibal Tobón, de la sepultada Caza de Poesía, con su barba, su pinta y las tantas cosas que ha hecho para que actividad cultural barranquillera no sea sólo un recuerdo. El señor que trabaja en el mercado y se parece al Ché Guevara. Marcos, el vendedor de libros de segunda que hace un par de años se suicidó, y otros tantos, sin meter a las personalidades del Carnaval, que ya son otro cuento.

Los lugares en Barranquilla, siempre están contando historias, es como si las personas que estuvieron ahí hubieran dejado rastros en las paredes, unos rastros que no son visibles, pero que se sienten. Ir a Lunabril, por ejemplo, un barcito que queda en la 49 con 74 en el Prado, uno de los barrios más viejos de la ciudad, implica sentarse a tomar cerveza no sólo con las personas con que las que se va, sino también con las que en otro tiempo estuvieron ahí. La casa cuenta una historia, que para cada quien puede resultar diferente, pero que a la final es una historia buena, con energía positiva, que calma, que me hacía olvidar de tantas cosas. Los fines de semana, generalmente, después de ahí me iba para La Troja, que como ya he hablado antes en el blog, es un sitio de salsa muy famoso y popular, considerado como patrimonio de la ciudad y en donde se conservan long play’s muy antiguos y de los cuales, algunas veces, existen pocas copias en el mundo. La troja queda en la esquina de la 74 con 44, abren desde la tarde hasta las tres de la mañana, es un lugar muy iluminado al que va todo aquel que le gusta bailar salsa, no importa si es rico, pobre, bajito, alto, feo, bonito, homosexual, heterosexual, sino sabe bailar, si sabe, no importa.  Lo que importa es disfrutar de la noche hasta que el cuerpo aguante.

En Barranquilla siento un ambiente de bacanería típica de todo el caribe colombiano, y que describiría como la forma de actuar que tienen las personas en pro de los otros, de querer compartir con respeto la fiesta, el sentirse a gusto. Eso es un bacán, un tipo chévere, legal, que no está pensando hacer mal, sino, por el contrario, en agradar a las personas de una forma relajada, informal, haciéndolas sentir en confianza, sin perder el respeto. Personas así se encuentran en el mercado, en las fiestas, en los parques, yo diría que todo barranquillero lleva un bacán en sus adentros que sale a la luz dependiendo de las circunstancias.

En fin, tantas cosas: sus edificios, sus problemas, los arroyos, su música, la gente, cosas que hay que vivirlas para entenderlas, cosas que me hicieron conocer más al Caribe, ese Caribe colombiano, que como decía David Sanchez Juliao, va logrando una gradación, como la de los colores, desde Córdoba hasta la Guajira, en la forma de hablar de su gente, en su música, en la comida, las cosas que hacen a diario, etc.


jueves, 4 de agosto de 2011

Para ser sincera

Para ser sincera, he borrado de mi computador todo rastro tuyo con el firme propósito de que salgas de mi cabeza. Para la gripa que tengo ahora tomo unos sobrecitos con sabor a naranja, ¿Qué tomo para ti? ¿Algo con sabor a olvido? 

No hay que confundir la soledad con el amor

No importa que los vinos se te suban a la cabeza,  no llames, ni escribas, ni escuches las canciones que te traen más recuerdos, esa persona no va a volver así de fácil. La soledad no es mala, sirve para conocernos, para hacer lo que nos gusta, para gastar tiempo con nosotros mismos, entrenarse, ser más fuerte.  
No hay que confundir la soledad con el amor, si las cosas se acabaron, por algo fue.  A veces recordamos más las cosas bonitas que los desastres y terminamos enredados otra vez, pero no te preocupes, con el pasar de las horas te darás cuenta que estás equivocado, que no es que se están despertando esos sentimientos, es que te sientes solo.
No hay que confundir la soledad con el amor. Que necesites a alguien no quiere decir que ames a la persona que se fue, puede ser algo corporal, ya sabes, necesidades básicas. Date tiempo, descubre qué es lo que realmente te gusta, haz ejercicio, mírate en el espejo, quiérete, amate en silencio, encuentra el silencio. 

martes, 19 de julio de 2011

Brasil no es bossa nova

Brasil no es bossa nova, eso es música para extranjeros, dice mi amiga brasileña, tanto que muchas canciones tradicionales las han traducido al inglés. Es música de exportación, algo que a la masa brasilera no le importa mucho. Brasil no es Bossa Nova y era esa la música que yo esperaba escuchar en la calle, la que yo quería cantar en clases de portugués, la que me imaginaba de fondo en los bares de Juiz de Fora.

Tampoco hay Garotas de Ipanema por doquier, ni hombres románticos que comparan peces con besos. Brasil no es favelas, existen, pero no están en todos lados, tampoco todo es droga y playa. La imagen que muestran los medios de comunicación casi siempre es errada y exagerada. Lo que he visto aquí es algo que no está muy lejos de lo que es Colombia: A la gente le gusta el funk (se lee founky), un ritmo que se parece al reggaeton en su manera de referirse al sexo como el placer más sublime. Es como el opio del pueblo, la cachaça do povo. En las favelas de Rio de Janeiro, donde la educación es escasa, la gente consume lo que ve en la televisión, que no es más que es una mezcla de religión y sexo. El sexo se evidencia en el funk y la religión en el montón de iglesias que hay en estos lugares, situación que se replica en otras favelas y en lo que no es favela también.

Pero no solamente eso se escucha, también existe el forró, la samba y el pagode, los brasileros saben mover su cuerpo, se siente la sangre negra en su música, el tambor siempre presente. Así como Colombia no es drogas, Cuba no es Fidel, México no es telenovelas, Brasil no es bossa nova, y para mí que soy una romántica empedernida es decepcionante.

viernes, 15 de julio de 2011

Brasilombia

Todo cambió cuando llegué aquí. Desde lo que como en el desayuno hasta la ropa que uso para salir los fines de semana. Incluso la palabra amor es diferente, se pronuncia diferente, se vive diferente, no es muy parecida a lo que soy, a lo que me han enseñado, a lo que he copiado de la calle, de mi familia, mis amigos. Aún no me acostumbro, el amor brasilero y el amor colombiano tienen sus diferencias, o mejor, entre un brasilero y un colombiano hay muchas diferencias que podría resumir básicamente a esto: el brasilero es directo, sabe lo que quiere y va derecho sin rodeos, el colombiano, aunque sabe lo que quiere se va por los bordes (además de que las mujeres lo aceptan así, eso se lo enseñan a uno desde chiquita: “Entre más difícil se haga, hija, más rápido va a tener al hombre en sus manos”), entonces podemos decir que mientras un colombiano está tomando café detrás de una vieja, “conociéndola”, un brasilero ya ha besado a 3 en una noche. Los brasileros primero besan y luego intentan conocer, la mayoría de veces sólo besan, en Colombia los tipos intentan conocer y luego besan, por eso dice Heli que dice Rita Lee, la famosa cantante brasileña, que el sexo va antes y el amor después, aquí la gente primero se va a la cama y luego se piden los teléfonos, para mí es como mariposa y luego larva, como llegada antes de camino. Los brasileros, hombres y mujeres, se dejan guiar por la química, eso es más importante que tener gustos musicales parecidos o ver los mismos programas de televisión. En Colombia, lo más normal si se quiere una relación seria es que primero se hable un poco y luego sí viene lo demás. Supongo que son dos maneras diferentes de llegar a lo mismo, una más complicada que la otra (la brasilera es más complicada), pero finalmente una relación de dos.

Nota publicada en el blog BlueMonk Moods.

jueves, 7 de julio de 2011

(Imagine el título que se le de la gana)

Camino a casa desde el trabajo había encontrado el tema que acabaría con mi bloqueo mental, pero justo cuando apareció la página en blanco frente a mi todo se fue a un lugar que me gustaría saber cuál es porque no recuerdo nada. Seguramente sería una historia de amor o tal vez algún cuento del lugar dónde estoy viviendo, llevo un mes y medio aquí y es la hora y no escribo sobre eso. No es que no esté aprendiendo, ni hayan cosas que no me impacten, es que no sé como pasar eso a letras, me está costando, para estar aquí ahora tuve que buscar música instrumental, alguna cosa que me hiciera pensar y avivara un poco mi tacto. 

Parece que las palabras se han ido, y no quiero, soy una persona que necesita desahogarse, siempre estar hablando de lo que me pasa, de las cosas más triviales, de los momentos más simples, también me gusta oir a los demás, oir, el chat a veces me cansa un poco. Lo que realmente me gusta de todo eso es la compañía, una compañía no tan superficial, no basta una tarde o una noche, para el intercambio de experiencias se necesita tiempo, pasar los límites de las preguntas básicas como ¿cómo te llamas? ¿de donde eres? ¿si? ¿de Colombia? No basta con preguntar cómo se es, creo firmemente que las palabras son solamente una pista de lo que realmente pasa, para saberlo hay que vivirlo. Todavía no recuerdo cual era el tema de mi post de hoy, pero me da la impresión de que estoy saliendo del bloqueo.

martes, 7 de junio de 2011

Lo que se me ocurre mientras escucho Buenavista Social Club

¿Qué fue exactamente lo que cogió el cuarto de Tula? ¿Candela? Los bomberos nunca aparecieron y ya saben qué pasó: Tula se volvió ceniza después de que su piel ardiera en llamas. Al día siguiente despertó para volver  a arder. Si Tula cada vez que baila se quema, puedo decir que me he quemado muchas veces, sentir la salsa entrando por los poros y el sudor saliendo es ponerle sabor a los días, por algo el sudor es saladito. La tranquilidad da para bailar y estremecer cada parte de  nuestro cuerpo, sobre todo los pies y las pantorrillas. Cuando bailo soy otra , no me conozco, bailar es expresión total, un vuelo suave, aunque rápido. Para bailar solamente es necesario sentir la música, conocerla, escucharla, ser amable, los que no mueven su cuerpo al compás de ella, no la entienden, no le han tocado el corazón, bailar es un cálculo gustoso, agradable, un cálculo que no se calcula, inconsciente. Si Tula no apagó la vela, yo tampoco lo haré, también me quedaré dormida.

jueves, 2 de junio de 2011

Lo que se me ocurre mientras escucho música brasilera

La gente en la vida va y viene. Unos nos hacen bien, otros mal. Todo eso es necesario para saber diferenciar y apreciar los buenos momentos, como compartir con los amigos, ver el atardecer, sentir tranquilidad en el alma, tener la felicidad cerca, recibir un abrazo de alguien que quieres. El mal tiene tres ventajas: la primera es que nos hace fuertes, la segunda es que nos hace valorar las cosas buenas y la tercera es que te facilita el reconocimiento de unas próximas situaciones. Paradojicamente, no siempre el bien es bueno, es algo que se puede volver cómodo y podemos llegar a estancarnos. Aunque nadie desee el mal de entrada, la vida con adrenalina es interesante. A veces es bueno pasar por malos momentos, entonces con el pasar de los días se descubre que el mal no es tan malo, aunque duela. El sufrimiento es necesario, aunque se piense pesimista, igual es inexorable.

(Me estoy secando)

viernes, 20 de mayo de 2011

Domingos

Los domingos se me hacen interminables. Tal vez sea porque no tengo mucho que hacer sumado a las ganas de no querer ni moverme de la silla frente al computador. Son una cosa de otro mundo, o algo de este mundo disfrazado de viaje sin destino o de túnel interminable. El tiempo se vuelve un caucho gigante que se estira e intenta enrollarme y atraparme mientras yo hago malabares intentando escapar.
El desayuno se vuelve almuerzo y la cena desaparece,  mi pijama me goza desde que me levanto hasta que pruebo champú en la noche, chateo con los contactos del Messenger que no existen en la semana y mi celular se pierde entre las sábanas.
La música impera, pero no como todas las noches, el vacío de los domingos es tan grande, que ella tiene de donde escarbar, y se mete y se mete por todos los recovecos, tocando el polvo y la mugre del piso, avivando la tarde amarilla que deprime el ánimo, haciéndome cantar y pensar en otras cosas.

Nota publicada en el blog Mil canciones incrustadas en los huesos el 10 de agosto de 2010

sábado, 14 de mayo de 2011

Algo para ser leído a luz de una vela

Es la una de la mañana, la hora en que las heridas son más hondas y la sensibilidad más aguda. Detrás de mi,  y muy claramente, escucho el silencio de alguien que ya no está. De alguien que se fue con un adiós confuso, con un adiós que yo no había querido entender: la mano alzada moviéndose de un lado a otro no me decía nada.
A veces me pongo a pensar y creo que es indefenso, que es tan sensible como yo y que ha sido herido tantas veces como yo, pero lo único que logro con eso es reunir razones para buscarlo, porque en algún momento fui cobarde, me sentí sola y quería compañía, porque todavía sigo pensando en si llamar o no llamar, porque he sentido el rechazo tocándome el hombro, y es horrible.
Ojalá me salieran las palabras cuando está en frente para decirle que me ha hecho daño, que cada vez que lanza un "no" siento algo en el pecho, como una falta de aire, y lo pienso, y me siento tan regalada. Sentir. Sentir. Sentir. ¿Para qué?. No es algo más que un veneno para el corazón. Siento que no siente lo mismo que yo y no se va aunque diga adiós, no se va de esta cabeza que no tiene nada que hacer, no se va aunque mueva muchas veces su mano.

sábado, 30 de abril de 2011

Vacía, pero tierna

Hay palabras vacías. Muchas palabras son vacías. No creo que todo lo que sentimos y pensamos se pueda traducir en palabras. Saramago decía que entre más palabras conociéramos, más precisa podría ser nuestra comunicación. Y sí, indiscutiblemente las palabras son un medio, que si no es totalmente preciso, nos ha ayudado a transferir pensamientos y sentires de generación en generación. Me pongo a pensar que esto que escribo puede que no sea necesariamente lo que estoy pensando.  Pero son las palabras la única forma de hacerlo saber, por lo menos, eso es lo que he escogido. 

Cuando una persona le dice a otra "mi vida" muy seguramente no es su vida, es una frase totalmente hueca, ¿Quién podría decirle "mi vida" a otro? Pocos, pero la expresión se ha popularizado tanto que si vamos a comprar una gaseosa a la esquina muy seguramente nos dirán "mi vida", y si llamamos a un amigo, nos responderá con "mi vida". Incluso, han nacido abreviaturas. Ya no es "mi vida" sino "mivi", algo que podría más apropiado para una frase que no dice nada. Porque de esa manera no estamos haciendo saber al otro que es la vida de uno, sino que lo estamos llamando por algo igual o parecido a lo que sentimos: algo que no es vida. 

Yo, muy personalmente, no suelo tratar a la gente así. Primero porque trato de ser precisa y segundo porque la frase puede causar hastío. Sin embargo, ayer descubrí que me gusta oírlo dependiendo de quién y cómo la diga. Fui a comprar unas cosas en un almacén de adornos y escuché a una de las vendedoras diciéndole a las clientas: "¿En qué te puedo colaborar mi vida?", "¿Sólo eso muñeca?", "Hay de otros colores, corazón" y así, cada vez que decía una frase terminaba con una de estas palabras, y a mi me entraron ganas de seguir escuchándola. Me pareció tan bonita. Amable. Vacía, pero tierna.

martes, 26 de abril de 2011

Nadie sabe por qué nos gusta el helado de chocolate

Nos sentamos en un parque, como a las 7 de la noche, la ausencia de nubes dejaba ver las estrellas, además el silencio no estorbaba y eso me hacía sentir cómoda, no con el lugar, porque dónde estaba sentada era duro y mi raya comenzaba a desaparecer, estaba cómoda porque sentía la tranquilidad rodeándome y la felicidad cerca, si es entendible, no lo sé, sólo sentía que el tiempo se volvía nada, que todo desaparecía, y cómo el mundo se reducía a nosotros dos, a nuestras palabras, a nuestros silencios, a lo que eramos en ese instante que quería que no se acabara. Era la química haciendo su efecto y mi mente buscando razones que nunca existieron. Nadie sabe por qué nos gusta el helado de chocolate, o de vainilla o de ron con pasas, simplemente gusta y ya, los porqués no importan, el helado lo disfrutamos sin pensar de qué está hecho, sin saber si tiene más azucar o más leche, eso no es indispensable, se siente y se sabe, son insignificantes las razones. Igual pasa conmigo. Yo no sé porque me gusta (él) y a veces intento encontrar cosas que se hayan repetido en otros para decir que los prefiero altos, o bajos, o tímidos o extrovertidos, pero es mi parte calculadora la que hace el trabajo ahí, y ahora comprendo, que es mejor dejar a la otra parte hacerlo todo. A veces me enredo no logro distinguir entre una buena conversación y una conexión mágica, pero es porque le doy vueltas en mi cabeza y sé que esto no es cosa de la cabeza, el amor (cualquiera que sea) se siente en el corazón.

viernes, 15 de abril de 2011

Las mujeres somos malas y los hombres preguntones

Cuando tenía 10 años un niñito se me acercó y me preguntó si quería ser su novia, indudablemente le dije que lo iba a pensar y que al día siguiente le daría la respuesta. Estaba totalmente convencida de mi actitud, porque así había visto hacer a otras niñitas de la cuadra. Desde ese momento creí que tenía a la humanidad de rodillas frente a mi y aprendí que con hacer esperar, podemos dominar el mundo,  porque el niño de quien les habló me amó por mucho tiempo y yo nunca le di una respuesta.

Si lo miramos desde el otro lado, es decir, que nosotros somos los que esperamos, podemos concluir que se espera porque creemos que la otra persona, sea quien sea, tiene o debe hacer algo por nosotros, porque hemos dado anteriormente, porque hemos quedado en un acuerdo o porque tenemos en la cabeza que las cosas tienen que ser así y no de otra manera, porque creemos en las reglas o en unas leyes de comportamiento, pero resulta que este mundo es tan ilógico que cuando creemos que el otro se va a portar de una forma, se comporta de otra y es ahí cuando se forma el problema, porque toda la vida estamos esperando: que nos feliciten en nuestro cumpleaños, que nos saluden, que nos llamen a saber por lo menos si amanecimos, la esperanza no se va tan fácil y es una de las peores cosas que nos pueden pasar, a no ser que esperemos que las personas nos hagan esperar, o que esperemos que nos acostumbremos a no esperar. Es más facil cuando no esperamos, ni siquiera la respuesta de un email enviado, ni la devolución de la llamada hecha. La espera mata las sorpresas y los mejores momentos (a veces) son los inesperados.

jueves, 7 de abril de 2011

No pasa con los colores, ni los sabores.

Prender la radio cuando todo parece estar lejos,  me hace sentir acompañada, como si el que está del otro lado entendiera lo que está pasando aquí, la música me crea un puente que me conecta al mundo. Es un ente meramente social, reúne gente para estar tristes, bailar, sentir, recordar, amar. ¿Quién no ha estado reunido al rededor de la música?.
Es algo que vive, que está en un lugar desconocido y que se manifiesta a través de nuestro cuerpo, no creo que venga de nosotros porque es tan perfecta, es la diosa de la vida, el motor de este mundo, cuando muramos y todo esto se acabe, ella seguirá ahí, levitando, esperando a alguien o algo para entrarle y envenenarlo de la dulce sensación que produce su consumo.
Los lugares sin música no serían  lo mismo, porque ella es color también, no es necesario cambiar de puesto las sillas, ni mover los estantes para entrar en nuevos lugares oyendo música diferente. Es el tema cuando no hay tema de conversación, por alguna razón que no entiendo, cuando alguien le gusta la música que escucho, encuentro afinidad, algo que no pasa con los colores, ni los sabores.

domingo, 27 de marzo de 2011

Rio

Lleva la vida que yo daré
aunque mis aguas no sean tan claras como su conciencia
que sagrada se desvanece con mi paso
Él sigue siendo puro
yo me vuelvo pesadilla
a él todos lo miran
yo soy fantasma que sólo los perros sienten
él se va
y yo me quedo.

lunes, 21 de marzo de 2011

La virginidad de la Chilindrina

A veces el reloj es tan lento como la gota que cae de una llave mal cerrada, los minutos caminan con fracturas, las manijas se despiertan con pereza. Hoy ha sido uno de esos días en que caí en cuenta de mi falta de conciencia y de todo lo que no me he permitido por pensar que las barreras son siempre físicas. El tiempo lento mezclado con lo que queda de mí no resulta en nada bueno.
Me decepciona el destino, esperar es lo peor que me puede pasar, pero soy tan como soy, que hasta me he puesto un clavo en el zapato para sentir dolor todos los días.
Dar amor descontroladamente ya no va conmigo, eso sólo pasaba cuando creía en los finales felices, en los poemas de Sabines, en las canciones de Alberto Plaza y en la virginidad de la Chilindrina. Ahora que soy consciente de mi inconsciencia, creo que la perfección es relativa, y me gusta (a veces), mis días serían aburridos si no siento como la punta del clavo se adentra en mi pie, pero hay otros días en que me quemo con mi propio fuego y es ahí cuando no sé qué hacer, aunque me haya pasado varias veces, no sé qué hacer, porque el dolor en el pecho es insoportable, porque a veces me creo la verga, no miro bien que estoy haciendo y todo se me sale de las manos, porque soy muy emotiva, porque a veces no pienso con la cabeza, porque creo que tengo el control de este mundo, porque la vida no es siempre como yo la pienso.

viernes, 18 de marzo de 2011

¡Salud!

Los viernes despues de salir del trabajo no hay mejor plan que tomarnos una cerveza en un bar pequeño que tiene en sus paredes afiches de Los Beatles, pero que nunca pone canciones de ellos. Ya superada la etapa del vino en caja en los parques y las guitarras ebrias que tocaban canciones, también ebrias, de Silvio, Chico César, Pedro Aznar y Pedro Guerra, no estaba mal volver a escuchar Aerosmith, Velvet Revolver, The Police, Michael Jackson, etc., y pegarse a las polas, es que ellas son las diosas de la amistad y de las noches para hablar mierda, son el preámbulo a una sesión de risas y brindis, de los shots de tequila, cuando hay plata, y de los pensamientos melancólicos. Cuando llega una jarra a la mesa se chocan los vasos para celebrar que el universo conspiró y que nos ha puesto ahí para ver al mundo más amable.
Tomando cerveza he subido varios kilos, los jeans me quedan apretados, pero también he vivido noches increibles, porque las cervezas son como unos lentes de sol que te ponen a ver de color rosa la vida, son y seguirán siendo mis compañeras de momentos para compartir ideas, chismes, para no sentirme sola y crearme el colchón que necesito cuando me veo caer. Confieso que ¡Me gusta la cerveza! y además, el mareito que provoca su exceso. ¡Salud por ellas compañeros!

viernes, 11 de marzo de 2011

¿No te cansas?

¿Te acuerdas de mí? Me conociste hace algún rato y me dejaste el corazón roto ¿Recuerdas? ¿No? además de eso, tengo el insuperable deseo de no verte jamás, ¿Tampoco? Creo que pueden servir los hilos que amarraban mi boca y que cohibían mi más profundo deseo de pronunciar algunas palabras, eso sería un rasgo no tan común, te ayudaría, por suerte entendí que también tengo manos, y que los hilos no eran más que fantasmas, entonces ahora además de hablar, escribo. Y aquí me tienes, es la 1 de la mañana y no te dejo en paz ¿Será cuestión de tiempo? De vez en cuando las heridas me sangran, la carne aun sigue viva, como el recuerdo de tu pelo, tus manos, tu sonrisa, no encuentro ungüento, spray o pomada que me seque las cortadas y los latigazos, algunos días siento cómo el calientico de la sangre va bajando por mi cuerpo al igual que mis lágrimas ¿No te cansas?

martes, 8 de marzo de 2011

Consejos básicos para perder a una mujer fácilmente

1. Llámala por todos los nombres, menos el de ella.
2. No le preguntes nada, ni cómo ha estado, ni cómo se siente. Espera que ella te pregunte a ti.
3. Háblale de tu ex en todas las citas.
4. No uses perfume, y en caso de que uses, cómpralo en las rebajas, entre más barato, mejor.
5. Cuéntale como te has llevado a la cama a todas las mujeres que han estado contigo.
6. No dejes que ella hable, debes hablar toda la noche.
7. Anótale en una libretica tus tips para las espinillas y los barros, para la caspa y el mal aliento.
8. Recuérdale todo el tiempo que tú eres el inteligente y que ella es solo una simple mujercita que no sabe de nada de lo que tú has vivido.
9. Dile que es la mujer más complicada y la más peliculera de todos los tiempos.
10. Y por último, prométele el cielo, pero nunca cumplas lo que dices.

¿Algún otro consejo?

miércoles, 2 de marzo de 2011

Zezé

(Fragmento)

El cielo estaba cada vez más oscuro y con amenaza de lluvia, era octubre, atardecía más temprano de lo normal, por suerte y gracias a mi madre, llevaba un paraguas en el bolso. El bus se detuvo. Un tipo de pelo liso y largo hasta los hombros, flaco, con barba y un morral desteñido pasó por el torniquete, le entregó el pasaje al conductor y se acomodó de pie al lado mío. Lo miraba por el rabito del ojo imaginando que me decía algo. Me puse nerviosa. Guardé el cuaderno. Los hombres con barba y con aspecto de no haberse bañado hace 3 días me encantan. Pensé: ¿Qué hará en el bus?, ¿De dónde viene?, ¿A dónde va?, sus botas punta de acero me decían que trabaja en una fábrica, o en una empresa constructora, pensaba que podría ser ingeniero o arquitecto, pero me dije: Si fuera arquitecto de una constructora no estaría tomando bus. Los buses son sólo para gente pobre (como yo). Si quiero conseguir a un tipo con plata, en un bus no es buena idea, tal vez en las discotecas de la 84 o en los restaurantes de la 53, pero como no acostumbro a ir a esos lugares, parece que estaré condenada a la vida que llevo a no ser que me deje de pendejadas y haga algo productivo.  

El tipo se movía, el maletín le incomodaba. Tenía una camisa blanca manga-larga recogida hasta los codos, sin encajar, y un jean azul desteñido sólo en la parte delantera de los muslos. Tuve la sensación de que se llamaba Zezé y así lo llamé de ahí en adelante. Observaba su reflejo por el vidrio de la ventana, mi corazón palpitaba más rápido, no me atrevía a mirar mucho, si no fuera tan tímida le hubiera dicho que nos tomáramos un capuccino en el Prado, pero Zezé seguramente se bajaría en la calle siguiente y para mí la razón de estar en ese bus acabaría. 

lunes, 21 de febrero de 2011

Cuando alguien se va es mejor dar la vuelta

¿De qué sirve quedarse ahí? ¿Esperando qué cosa? ¿Que se nos aparezca un genio de botella? ¿Que pase un milagro inesperado? Cuando alguien se va es mejor no gritar su nombre, ni rogarle que vuelva, aunque el piso se haga resbaladizo, el aire te asfixie, el ruido sea insoportable, el mundo se te caiga encima.

Cuando alguien se va es mejor dar la vuelta, no te quedes hablando solo, ¡No lo pienses tanto! ¡No lo sientas tanto!, rompe el monólogo. A veces el deseo se mete en el corazón, puedes estar confundido, vete tú, no mendigues, no pidas agua aunque sientas sed, recuerda que el tiempo todo lo cura, sin prozac, ni libros de autoayuda, sin Walter Rizos.

Cuando alguien se va no lo molestes, deja que siga su camino, que fluya el universo, da la vuelta, media vuelta y observa cada cosa del lugar donde estés, casi siempre el otro es como un sucio en el ojo que estorba y te pone a ver a medias. 

viernes, 18 de febrero de 2011

Psicomagia

Alejandro Jodorowsky
Cuando Jodorowsky, un director de cine, psicoterapeuta y dramaturgo chileno, ente otras cosas, encontró la frase “La poesía es un acto” de Marinetti se le iluminó el camino. Empezó a llamarle la atención más el acto poético que la escritura misma, entonces, decidió caminar en línea recta sin desviarse nunca, pasando por encima de árboles, entrando y saliendo de las casas por las puertas traseras, poco a poco, pasó a actos más arriesgados, como orinarse la oficina del director de la facultad de psicología donde estudiaba y poner una gran cantidad de monedas en un maletín con una abertura para disfrutar viendo a las personas recoger el dinero. Dice que la poesía “está ligada al temblor de la tierra, atraviesa con su espada la mentira y las convenciones”, que concibiéndola de esta manera, podría tener poderes purificadores y terapéuticos. Y así lo hizo, pidió a varias personas a que realizaran actos que siempre habían querido en la calle para liberarse de sus fantasmas, entonces algunos salieron desnudos, otros jugando con sangre, otros gritando, etc., y así el teatro lo sacó de las salas y a los actores de las academias.

Luego, Jodorowsky empezó a modificar sus sueños en algo que llamó “sueño lúcido” en el era consciente de que estaba soñando y así jugaba con los escenarios, de África pasaba a la Antártida, de ser hombre pasaba a ser mujer y a experimentar cosas que nunca haría despierto, como los orgasmos femeninos. Luego, pensó que el sueño también podía ser terapéutico y lo utilizó para sanar cosas del pasado. Más adelante, en su estadía en México fue ayudante de Pachita, una bruja que curaba las enfermedades más difíciles a la gente con el único requisito de hacer lo que ella dijera. Su intención no era ganar dinero, su labor fue de ayuda, sin embargo, la gente le pagaba porque quedaba totalmente agradecida. Varios amigos que Jodorowsky quedaron sanados después de visitarla y practicar sus consejos, uno de ellos decía que Pachita era una mujer excepcional, que no había conocido a nadie como ella. Tiempo después murió y su don le fue donado a su hijo mayor.

Todos estos actos: el poético, el onírico y el mágico le permitieron a Jodorowsky llegar a la Psicomagia, una manera de sanar a la gente a través del tarot y de ciertos actos que él les pide a sus pacientes que hagan y que sólo llegan a su mente a través de su inconsciente. Muchas personas van a verlo en el Cabaret Místico que hace en Francia todas las semanas y que tiene más de 500 espectadores. Ha ayudado a muchos a salir a adelante a través de esta práctica: a escritores que no tenían inspiración a redactar libros , a gente que ha tenido problemas con sus hijos, a hijos que han tenido problemas con sus padres, nadie le paga porque él no vive de esto, las personas que reciben su ayuda escriben su mano la palabra GRACIAS y deben enviarle una carta describiendo el problema, la práctica que él recomienda y las consecuencias de esta práctica.

lunes, 14 de febrero de 2011

El viejo Deivinson

El miércoles de la semana pasada murió el escritor David Sanchez Juliao. No lo podía creer. Fue un señor que siempre consideré cercano, tal vez porque éramos coterraneos, el de Lórica, yo de Montería, o porque fue un gran maestro para mí, me enseñó a reafirmar mi identidad a través de sus conferencias, libros y audiolibros, o las 2 cosas. El tipo fue grande, eso hay que tenerlo claro. Sus relatos eran totalmente verídicos, porque además del humor que siempre le inyectaba como típico mamador de gallo caribeño, denunciaban, dejaban un mensaje y eran el reflejo de una sociedad que muchos taparon. El flecha es un gran ejemplo de esto que digo, este, uno de sus audiolibros más famosos grabado en la década de los 70's, narraba la historia de un boxeador de Lorica (Córdoba), hijo de una lavandera, del cual se desprenden una serie de relatos que muestra que nuestra región, y por supuesto el país, está lleno de injusticias sociales, desempleo, ignorancia, pobreza, y que estos elementos aún están vigentes. Él lo supo hacer con gracia, esta es una obra que dan ganas de oírla mil veces, indudablemente un gran aporte para la cultura Caribe.
El viejo Deivinson, como le llame El Flecha, era grande para los que queríamos lo nuestro. Espero que su obra siga llegando a las nuevas generaciones que aún no la conocen. Y que él no muera, por lo menos no en nuestras tertulias, nuestros recuerdos, nuestra imaginación.

Les dejo a El Flecha:

miércoles, 9 de febrero de 2011

Me acuerdo... por María Cristina Ibarra

ME ACUERDO de la sangre que derramé cuando me corté la mano derecha y tuvieron que cogerme 9 puntos a los 3 años.

ME ACUERDO que estuve en clases de karate cuando estaba en primero de primaria.

ME ACUERDO que me tocó representar a la Virgen María en un acto cívico y la rectora me dijo en pleno acto que no le diera la espalda al público.

ME ACUERDO que no quería ir al colegio porque le tenía miedo a un loco que dormía en la iglesia donde tenía que ir a rezar en la mañana.

ME ACUERDO que mi mamá me obligó a que fuera.

ME ACUERDO la primera vez que vi Cartoon Network en el cuarto.

ME ACUERDO de que mi primer beso fue debajo de mi cama con un primo del cual me enamoré perdidamente.

ME ACUERDO de unas mentas verdes que costaban 20 pesos y que venían sin envoltura.

ME ACUERDO que la primera canción que me aprendí en guitarra fue: probablemente ya, de mi te has olvidado, y sin embargo yo, te seguiré esperando…

ME ACUERDO que en las vacaciones iba a Santa Marta con mis tíos y en todo el camino escuchábamos a Gloria Estefan y a Carlos Vives.

ME ACUERDO de Morelia y Cara sucia.

ME ACUERDO del billete de 200.

ME ACUERDO del día que mataron a Pablo Escobar.

ME ACUERDO de que estuve en Técnicas avanzadas de lecturas Cattel.

ME ACUERDO del primer y único eclipse de sol que he visto. Las gallinas se fueron a dormir y las luces de la calle se encendieron.

ME ACUERDO de la primera vez que fui a Mc Donalds. Pedí una cajita feliz y me salió La Bestia de La Bella y la Bestia.

ME ACUERDO del día que abrieron el Vivero en Montería.

ME ACUERDO que ese día mi papá me llevó al Ley.

ME ACUERDO de la Caponera

ME ACUERDO de Mayoneeeesa, ella me bate como haciendo Mayoneeesa.

ME ACUERDO de la primera vez que me conecté a internet. No podía creerlo.

sábado, 5 de febrero de 2011

Madre e hija

Son las 11 de la noche. Es viernes. Si estuviera en Barranquilla a lo mejor estaría en la Rueda de Tambó en Barrio abajo, bailando y tomando una o dos cervezas con mis amigos en una fiesta increíble, sudando hasta en los huesos. Pero no. Estoy en Montería y cuando caí en cuenta de que era viernes, ya era muy tarde para hacer planes. ¿Planes con quién? pienso. Podrían ser con mis amigas de siempre, con mi hermana o mi papá. Podría llamar a alguien que creyera disponible y salir a tomarnos algo de vino o quizás ir al cine. Pero no. Estoy aquí, me quedé en casa. Después de chatear un poco decidí desconectarme de Messenger y ver una película de Rodrigo García Barcha, hijo de Gabriel García Marquez: Mother and Child, ahí me tuvo pegada al computador por más de 2 horas un poco metidabunda, un poco confundida, al principio no lograba conectar las 3 historias que suceden paralelas. Con mi facilidad de llanto y mi sensibilidad sin término, lloré. Y aquí me tienen, desahogándome. No había nadie a esta hora a quien le pudiera hablar sobre la película y decirle lo mucho que me gustó y lo real que la sentí. La idea que me queda en la cabeza es que no hay que esperar mucho para hacer las cosas, aunque a veces de miedo, aunque no se sepa qué pasará. Si tienen algún tiempito, no estaría mal que la vieran.

lunes, 31 de enero de 2011

Monjas

"En las clínicas mentales
lo peor son las monjas
más violentas
que agujas hipodérmicas
que la fiebre y la locura
la monja es una energúmena quieta.
En las clínicas mentales
cuando lloro
la monja casi ríe.
Podría decir que la monja
no es mala ni es buena
simplemente odia
todo lo que se mueve
todo lo que vive
todo lo que palpita
todo lo que no sea
su Dios muerto"

- Raúl Gómez Jattin

La hermana María Victoria me recuerda a la del poema. Una monja con varios (muchos) años encima que trabajó en el colegio donde estudié. Verla era peor que oír la misa de las 6 de la mañana. Su cara me hacía sentir culpable. Tenía un insoportable olor a sopa dañada gracias al número exagerado de túnicas que se ponía encima combinado con el calor infernal de esta ciudad, además le temblaba la cabeza por su enfermedad de Parkinson, una tembladera que para mí era como un no constante, un no que no admitía excusas, un no apresurado e injusto. La piel le colgaba y sus zapatos fueron los mismos desde que la conocí: los tenis negros más viejos de la historia. Las monjas son iguales de misteriosas que la gente que vive en los circos, creo que tienen más semejanzas que diferencias: Viajan de ciudad en ciudad, se presentan todos los días, tienen relaciones amorosas con gente del mismo circo, nadie conoce donde duermen, etc., les falta tener hijas y que esas hijas sean monjas también. Deseo que en paz descanse y que mis palabras no la ofendan. De todas no puedo decir lo mismo. 

lunes, 24 de enero de 2011

¿Qué tiene?

Tenía 17 cuando dejé la escuela de música y decidí irme de Montería a estudiar donde fuera. Por regionalismos de mi papá caí aquí: en la arenosa, donde la gente vive un carnaval todos los días, la ciudad del bollo de angelito, de la butifarra, del Checho Acosta, mejor dicho, en Barranquilla. No paraba de llorar cuando llegué porque, imagínense: una niñita que nació en una ciudad de 400 mil habitantes, consentida, tímida, que llegaba a su casa y la comida la encontraba en la mesa, vivía en frente del colegio donde estudió, tenía pocos amigos, llega a una ciudad de casi 2 millones de habitantes, donde solamente conocía a una tía política, a vivir en una pensión con 2 niñas más y con la zozobra de no saber cuando regresaría. Fue terrible, pero también tenía claro que no era la primera persona que lo había hecho y que mi caso no era el peor. A los 15 días me devolví a Montería, solamente a saludar, poco a poco me fui amañando. Hoy, puedo decir que llevo 5 años y medio viviendo aquí, y déjenme contarles que me duele en el alma irme de esta ciudad que le debo tanto. Ahora lloraré, pero porque me voy. 

¿Qué tiene Barranquilla? Cada quien vive las ciudades de acuerdo a sus circunstancias, de lo que va pasando, uno tantea, va aquí, mira allá, escoge y va formando su cotidianidad partiendo de sus gustos individuales. Mi cotidianidad la llené de cultura, de eventos culturales para ser más precisos. Iba a cuanto concierto, obra de teatro, exposición, lanzamiento de libro, recital de poesía hubiera. Me sabía la agenda cultural de 'pe' a 'pa', y así, fui conociendo gente fuera de los salones de clase, gente con gustos parecidos a los míos, gente que ahora hace parte de mi familia y de la cual estoy orgullosa, porque yo la escogí para que fueran mis amigos. 

La vida la encuentro aquí un poco más interesante, con un picante extra, porque está llena de retos y eso me gusta, retos que son míos totalmente y que he aprendido a afrontar con el tiempo. En Barranquilla los carnavales hacen que las personas sean unidas y aprecien lo que tienen, ir a bailar a La Troja, por ejemplo, nunca lo hubiera hecho estando en Montería, esas son las cosas que me han hecho pensar de otra forma y entender que hay  muchos mundos dentro de este mundo, que la vida no es sólo como yo la llevo. Me dejé encantar y ahora tengo otra mirada, también he crecido, la vida no es fácil, menos fuera de casa.  Espero que con estos nuevos ojos encuentre la magia que tiene mi pueblo natal y que no he descubierto completamente, quizá porque no me he tomado el trabajo, quizá porque no la tiene, por lo menos haré el intento. 

viernes, 21 de enero de 2011

Isabelle

Oliviero Toscani, es un fotógrafo italiano que se ha destacado en el mundo de la publicidad por trabajar para la marca, también italiana, Benetton. Sus fotografías son impactantes y controversiales. Una de las más famosas es la de un hombre muriendo de SIDA en un hospital en Estados Unidos rodeado de unos familiares que sufren. En 2007, Toscani trabajó en la campaña "No anorexia" de la firma de moda Nolita para la cual la modelo francesa Isabelle Caro posó con un cuerpo devastado de 31 kilos de peso y 1.65 metros de estatura con el fin de alertar a las personas sobre esta enfermedad. En Noviembre de 2010, Isabelle muere con causas desconocidas en un hospital en Francia después de regresar de Tokio con problemas respiratorios. El 18 de Enero de este año su madre se suicida porque cree que su muerte se debe a estar en el hospital que no quería, y al que ella la obligó a asistir, sentía culpa, dicen los medios. La noticia me conmovió al leerla hoy en los periódicos nacionales. La vida como elemento invaluable debe ser protegida, primero por nosotros mismos, luego por los demás. Nuestro cuerpo y sus instintos están siempre peleando contra la muerte. Sé que hay momentos de angustia y desesperación. Se qué no es fácil lidiar con problemas familiares, no culpo a Isabelle y a su madre. Pero sí es determinante que se detecten estas cosas desde pequeños, en los colegios, escuelas, en la casa. Se acaba la vida de dos personas por culpa un ideal de belleza que yo no entiendo. ¿Cuantas niñas mueren de anorexia todos los días? y más contradictorio aún ¿Cuantos niños mueren de hambre todos los días? Esos son los contrastes de este mundo que me cuestionan. Algunos tienen la potestad de rechazar la comida, otros las ganas. Repito, no entiendo.

martes, 18 de enero de 2011

Silvio

Rodríguez, por supuesto. Esta voz la reconocería hasta en la tumba. La conozco desde el año 2001, año del ataque a las torres gemelas, cuando mi profesor y amigo de música llevó Canción del elegido a una de sus clases. Lo primero que hice cuando llegué a mi casa fue buscarla y descargarla con un internet que era más lento que mi conciencia y desde ese momento me enamoré de sus letras. No exagero, en esos días de terrorismo escuchar a Silvio, para mí, fue algo mágico, me iluminó la vida con sus ideas envueltas en canciones que me parecían increíbles. Su voz fue y será siendo vehículo de tranquilidad, satisfacción y alivio para mis noches, habrán pocos como él. El viernes,  tomando vino con 3 amigos, uno de ellos sacó la guitarra y un librito viejo que contenía letras y acordes de sus canciones más famosas. Tocamos varias: Oleo de mujer con sombrero, Te amaré, El mayor, Mariposas y por supuesto, Ojalá. Descubrimos que en la parte de atrás del libro había un título para un párrafo pequeño que explicaba que esta canción estaba escrita para una mujer mayor que él,  su primer amor a los 18 años, y que se llama así por la incertidumbre que él sentía con respecto a su futuro con ella, siempre estaba pensando en ojalás. He escuchado varias teorías acerca del por qué de esta canción: que se la escribió al gobierno de los Estados Unidos, al de México, que no dice Nieve, si no Nievi y que este era el apellido de alguien que no pensaba los disparos, etc. Al parecer Silvio es un tipo más básico y eso es precisamente lo que lo hace grande. En su simplicidad descansa su complejidad. Espero que nos siga deleitando con sus conciertos. Ya en varias ocasiones ha dicho que será el último.

sábado, 15 de enero de 2011

Lola Jattin

Ella se levanta, busca leche en la nevera y un pedazo de pudín para comerlo a eso de las 10 de la noche. Después, se fuma un cigarrillo y se queda en su soledad, a veces triste, a veces alegre porque tiene la certeza de que lo pasado es pasado y que de ahí nada ni nadie va a salir a buscarla. Mi madre ríe cuando todos la miran, sus carcajadas son contagiosas, a la gente le gusta eso y se arriman y la buscan intentando escapar de lo que les tiene deparado el destino. Le gusta tomar whiskey, le gusta que la visiten, le gusta rodearse de gente que la conoce para sentirse amada. Y lo es. A mi madre todos la adoran, en la fiestas la aplauden cuando llega, tiene un espíritu que solo ella sabe como manejar gracias a lo duro que la vida la ha golpeado y a los llantos que nadie conoce, gracias a otras cosas que yo no sé también, porque si lo supiera, indudablemente sería como ella. Mi madre es mi madre y no la tuya, la que dio su belleza, tiempos y vicios a cambio de mi vida. ¿Cómo pagarle? ¡Dime! ¿Cómo pagarle?

jueves, 13 de enero de 2011

Edificio García (Actualizado)

Siempre me han gustado las casas antiguas. Saber que ahí han vivido personas con historias misteriosas para mí, que desarrollaron varias de sus costumbres gracias al lugar, me llama la atención. He leído algo sobre la arquitectura local barranquillera, la moderna, me refiero, y me he encontrado con cosas interesantes, entre esas el Edificio García, construído en 1938 por Manuel Carrerá, un arquitecto cubano que llegó a Barranquilla después de oir que necesitaban un egresado de la Universidad de Columbia que hablara español. Hizo varios proyectos en la ciudad con estilo Art Deco: entre esos el Edificio de Avianca, El teatro Colón, y por supuesto, el Edificio Garcia. Hoy lo conocí, pisé sus baldosas, miré a través de sus ventanas, sentí el olor de sus paredes y fue como viajar en el tiempo. Por fin fui a verlo después de imaginarme todo lo que decían de él en los libros y buscar fotos en Internet para identificar sus características Decó. Me siento totalmente realizada, por lo menos, por el día de hoy.


Fotografía de Jdvillalobos


Esta es una de las entradas más populares en mi blog. Desde que llegué a Barranquilla me ha interesado mucho su arquitectura, en especial este edificio. Hace unos años fui a la biblioteca de la Universidad del Norte y encontré en la revista Aguaita Siete del año 2002 un artículo de Gustavo García que habla sobre Manuel Carrerá. Transcribiré 2 párrafos que hablan sobre este arquitecto y su obra: 

Manuel Carrerá es el padre de la arquitectura art deco en Barranquilla, y uno de sus arquitectos más representativos. Cubano radicado en Barranquilla desde 1934, construyó las más significativas edificaciones art deco. Estudió ingeniería en La Habana y culminó sus estudios en la Universidad de Columbia en Nueva York. Allí, la firma Carnelissen y Salcedo lo contrató para trabajar en Barranquilla. Carrerá dice sobre su trayectoria:
Mi debut fue con el diseño del edificio Avianca. La firma Cornelissen y Salcedo me pagaba el fabuloso sueldo de 240 pesos mensuales, yo ganaba más que el alcalde y el gobernador juntos. En 1939 cuando tenía  26 años, me independicé y me encontré con Ascanio García, un cienaguero que quería hacer una construcción "diferente a las demás" en un terreno de la calle Paraíso. Construimos un edificio de 7 pisos, 40 apartamentos y 3 locales comerciales. Perdí plata porque los materiales se elevaron por la Segunda Guerra Mundial y no existía en esa época la cláusula de ajuste de presupuesto. Sin embargo aquella obra me dejó algo que no se compra con nada: el prestigio. Yo llegué a ser el arquitecto de moda de la época. Todos querían que yo les construyera sus obras.(1)
En efecto, el edificio García es una de las obras arquitectónicas más importantes de Barranquilla, tanto por sus terrazas escalonadas y su combinación de rectas y curvas como por ser el primer edificio de apartamentos construido. 
En Cartagena, Carrerá fue recomendado para construir el Teatro Cartagena y el Hotel Caribe, y más tarde, en 1940, diseñó el Hotal Tayrona en Santa Marta (convertido luego en la Gobernación). Otras de sus obras estilo art deco son el edificio del Resguardo del Terminal Marítimo, el edificio Márquez, el edificio Saade, el edificio Obregón y el Teatro Murillo. Carrerá tuvo como ayudantes y discípulos al descendiente austriaco Enrique Zeizel, y al Italiano Angelo Magagna, constructores del edificio Steckel y el Teatro Colón en Barranquilla.  


(1) Profeta de la arquitectura, El Espectador, 20 de mayo, 1979

lunes, 10 de enero de 2011

Sigifredo López y Saramago

Sigifredo López fue uno de los 12 diputados que la guerrilla de las FARC secuestró para presionar al gobierno colombiano a un intercambio de rehenes por guerrilleros presos. Gracias a un acuerdo humanitario realizado por el grupo Colombianos por la paz liderado por Piedad Córdoba el 5 de febrero de 2009 fue liberado, en la conferencia de presa, después de la liberación, Sigifredo agradecido por la labor de la ex-senadora, la comparó con la médica del libro Ensayo sobre la ceguera de José Saramago. Ahora que leo El cuaderno (libro de recopilaciones de su blog), me entero que Saramago presenció ese momento por la televisión y que apenas escuchó a Sigifredo refiriéndose a su libro, no hizo más que apoyarse en el hombro de su esposa Pilar y llorar, romper en sollozos. La nota que escribe para su blog, termina con las siguientes palabras, que a la que hicieron llorar fue a mí:

"Todo mi existencia de hombre y de escritor queda justificada por ese momento. Gracias, Sigifredo"

Escuchen bien: "toda la existencia de hombre y de escritor". Esto es grande. Ojalá que nuestro paisano sepa de la existencia de estas palabras. 

lunes, 3 de enero de 2011

¿Quienes tienen palanca en el cielo?

Cuando estaba en el colegio escuchaba decir que de la universidad salía mucha gente y no había trabajo para nadie. Eso fue en el 2003. Ahora la que salió de la universidad fui yo y todavía sigue pasando lo mismo, creo que peor. En Colombia se estudia lo que se puede, lo que toca, casi nunca lo que se quiere. Cuando empecé a estudiar música entré con el ingenuo pensamiento de que se podía vivir de la música, sólo haciendo música, sin meterse con la academia, pero tiempo después me di cuenta de que no era cierto, los mejores músicos de mi ciudad eran mis profesores, entonces me dio miedo y dejé la escuela. Entré a estudiar diseño industrial, una mezcla de arte e industria, pero ¡Qué va! justo cuando hacía mi tesis me propusieron ser profesora. Esa es la vida o ¿Serán mis circunstancias? Ahora que tenemos grandes problemas con las inundaciones de varios pueblos del país, me pregunto, ¿A quién le pedimos tregua? ¿A Dios? ¿Quiénes tienen palanca en el cielo?¿A quién se le da una tajada de sueldo para que deje de llover? ¿Por qué muchos de los trabajos para los profesionales de este país se consiguen de esa manera?