Cuando ella habla le brillan los ojos

Mientras la mayoría en Belo Horizonte celebra que el Galo (como le dicen al equipo de fútbol Atlético Mineiro) ganó la Copa Libertadores de América (¡y vaya que celebran!), por aquí ocurren varias cosas. El fin de semana pasado fui a cine a ver Antes de la Media Noche, la tercera parte de una secuencia de películas que grabó Julie Delpy y Ethan Hawke con la dirección de Richard Linklater. 

Las 3 películas resumen un poco como puede ser la vida en pareja a los 20, a los 30, y a los 40. La primera, Antes del Amanecer (1995) para mí es la más cercana a una película en el sentido de la fantasía, se trata de una pareja que se conoce en un tren, y pasan la noche juntos, la segunda, Antes del Atardecer (2004), ya se vuelve un poco más realista, es el reencuentro de ellos en París después de 9 años, él con un libro y un hijo, ella viviendo en Francia, sin pareja;  y la tercera, comenzando porque la protagonista está gorda y normalmente eso no pasa en las películas, es mucho más real aun, aunque ella se muestra mucho más insegura y neurótica que en las demás.

Yo creo que me gustan estas películas porque me identifico con la protagonista. Celine, es una mujer un poco feminista, que le gusta el arte, la música, canta, toca guitarra, sabe de libros, no es la típica mujercita tonta que está pendiente solamente de ir al salón de belleza y comprar ropa, sin embargo es bonita y “normal”. A lo mejor todas esas cosas no soy yo, pero me gusta su manera de ser, la seguridad con la que habla, la determinación en sus palabras.

Hace una semana llegó a mi casa una joven de 22 años que vive una ciudad muy pequeña lejos de aquí. La chica nunca había ido a un centro comercial, no sabía que era una escalera eléctrica, nunca había entrado a un ascensor, no había ido a cine, no había visto un edificio más alto de 3 pisos, y quien sabe qué otras cosas más.  Eso fue algo que me impresionó, no porque yo sea la mujer más citadina del mundo, sino porque algo que para mí es rutina, para alguien puede ser novedad, como lo fue viajar en tren hace unos días para mí.

Hablar con esta chica me recordó un poco cuando yo era más joven, cuando ella habla le brillan los ojos, se siente transparencia en sus palabras, bondad en cada gesto de su cara. No es que yo no sea eso ahora, pero sí es cierto, que con el pasar del tiempo, o por lo menos es algo que me ha pasado a mí y que lo vi reflejado en estas 3 películas, es que la inocencia se va perdiendo, me decepciono menos, porque espero menos de los demás, siento menos conexiones con la gente, soy menos expresiva, la vida me ha dado más golpes, me he salido un poco de los cuentos de hadas y de los finales felices, soy más precavida, menos espontánea, menos romántica, más prudente.

Leyendo críticas sobre Antes de la Media Noche encontré una frase que me gustó, el autor dice: “Sufrir nos pesa, pero cuando el séptimo arte sufre contigo de esta forma uno se siente mucho mejor” y es cierto, incluso en la vida real, saber que nuestras desgracias también las viven otras personas, nos hace sentir un fresquito, sin desearle mal a nadie, pero es como sentirse de este mundo, como no ser tan extraños.

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