martes, 8 de mayo de 2012

Hank me mató esa noche

Hank me mató esa noche. Después de tomarnos unas cervezas que compramos en la estación de gasolina frente al hospital nos fuimos a la terraza de su casa. Nos besamos varias veces. La relación que teníamos Hank y yo era de besos circunstanciales, pero en esos últimos días nuestras salidas se habían vuelto más regulares. Dos de los amigos con los que estábamos se fueron, quedamos Alana, Sergio, Hank y yo. Alana y Sergio estaban en lo suyo, ese día ella vio a su chico con otra y estar con Sergio fue la mejor forma posible que encontró para atenuar el dolor.

Hank era un tipo alto, grueso, no tenía una cara bonita, pero sí un cuerpo que cualquier hombre le podía envidiar, usaba gafas para ver de lejos, tenía labios grandes, los dedos de sus manos eran largos y se comía las uñas, algo que me hacía pensar que era bastante inseguro. Su pinta era formal, pulcra, me lo imaginaba como esa clase de médicos que se lavan las manos cincuenta veces al día con la idea de que hay bacterias asesinas en todos lados.

Sergio y Alana se pusieron a hablar, dejaron de tocarse y besarse. ¡Juan, debería ser comido por gusanos amarrado a una cama sin comida ni agua! dijo Alana. Juan era su (ex) novio. Sergio no dijo nada.
Hank se acostó en el piso a ver las estrellas. Yo me senté en una banca que había en la casa de al lado, puse los pies encima de la banca, mi mejilla derecha en las rodillas, y los brazos alrededor de las piernas. Pensé en Hank, en su lejanía. En lugar de estar allá imaginando pajaritos preñados, debería estar aquí al lado mío, me dije. Luego, como si Hank hubiera escuchado mis pensamientos se sentó en la banca. Sentí una corriente de aire frio como si el cielo hubiera querido darme una señal. Hank me agarró la barbilla, pensé que me iba a besar, pero sus movimientos fueron bruscos. Sacó un puñal que tenía escondido en la media y rápidamente me lo clavó en el abdomen. Lo sacaba y lo metía cada vez con más fuerza y yo sentía la sangre caliente saliendo de todas partes y que mi vida se iba con esa sangre. NO TE QUIERO VER, NO QUIERO QUE TE APAREZCAS MÁS POR AQUI, NO QUIERO QUE ME HABLES DE TUS PLANES ¡MI VIDA NO LA IMAGINO CONTIGO! ¿ENTIENDES? Decía Hank mientras yo quedaba  sin poder decir una palabra.

Alana y Sergio, que estaban sentados al lado de la puerta se besaban con locura mientras Hank jugaba con mis venas y metía sus dedos en mis heridas.
¿Qué estás haciendo? Gritó Alana corriendo hacia mí. Sergio prendió un cigarrillo que fumó tranquilamente. ¿Qué es lo que te pasa? Preguntó Alana con cara de angustia y apartando a Hank. Me agarró por los hombros y me sacudió con la intención de que yo diera señales de vida. Yo estaba fría, pálida, con taquicardia y temblaba. ¡Hay que llevarla al hospital! Le dijo Alana a Sergio, pero él no hizo nada para pararse del suelo y apagar el cigarrillo.

Hank se había ido hacia el carro que había parqueado frente a su casa y se quedó pensando por unos segundos. Después dijo con una voz limpia y tranquila: Llevémosla a urgencias. Entró a la casa, buscó una toalla, me cubrió las heridas, me montó en el carro en la parte de atrás y me llevaron al hospital que quedaba en frente de donde habíamos comprado las cervezas. Sergio no vino con nosotros. Yo no paraba de sangrar.
Cuando llegamos los enfermeros me montaron en una camilla. Hank se fue en el carro y dejó Alana en la entrada de urgencias. ¡Eres un hijo de puta, Hank! Gritó Alana. Los enfermeros me llevaron por un laberinto a una habitación con otros pacientes. Más nunca la vi, parece que las enfermeras no la dejaron acompañarme. No podía respirar, sentía que el aire se agotaba y que mi corazón estaba débil. Me pusieron oxígeno, no sabía muy bien si estaba en un sueño o era verdad lo que me estaba pasando. Oía las voces de mucha gente, mis ojos solo se entreabrían un poco y con eso veía la luz de las lámparas. Mi cuerpo yacía en esa camilla, pero yo ya estaba muchas millas lejos de ahí.

2 comentarios:

  1. Yo conozco esa historia, maldito Hank que siempre causó mal...

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  2. Queria escribirte algo ingenioso, pero solo puedo decir que me atrapo totalmente tu historia!!

    Me gusto mucho!

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