jueves, 23 de agosto de 2012

La culpa fue de él

[Traducción del portugués del artículo
A culpa foi dele de la Revista Gloss (Brasil) por Sílvia Amélia]
[Un artículo para hombres y mujeres]

No vale la pena transformar a un tipo en villano sólo porque él no quiso salir contigo. Aceptar que nos rechazó es lo que nos fortalece.

Siempre que escucho la frase "El me ilusionó" me dan ganas de cogerle los hombros a la mujer que dijo eso y sacudirla bien fuerte. Es que la situación casi siempre es la siguiente: el tipo demuestra claramente que no quiere compromiso, después de un tiempo desaparece, y ella pasa a hacerse la pobrecita y desilusionada. "¡Splat!" (sonido de tapa en la cara) -  quien se desilusionó fuiste tu misma.

Es aún peor cuando aparece una amiga para intentar consolar a la "engañada" de la forma más sin sentido del mundo: "El no te merece" dice. ¿Qué? Ese raciocinio no tiene ni una pizca de lógica. Es justamente lo contrario: Si el tipo pensó en no estar con ella es porque, para él, la chica no es tan interesante y "merecedora" de su amor. Lo que no quiere decir que ella no sea interesante para el resto del mundo. Simplemente los hombres y las mujeres tienen derecho de no querer comenzar o continuar una relación. No es justo para ellos ser llamados villanos cuando el supuesto crimen que cometieron fue simplemente no ser afín. 

Creo absurda aquella frase que corre en Internet: "La mayor cobardía de un hombre es despertar amor en una mujer sin la intención de amarla." El amor no se escoge conscientemente. Es una casualidad de las buenas, algo que acontece o no. Las personas se aproximan para conocerse, probar, para convivir y saber si combinan. A veces surge amor, otras, no. O el amor viene sólo de un lado, y le toca aceptar a quien no es amado. Quedarse una vuelta sin jugar, gustándole el dolor y después intentar de nuevo con otra persona. 

Creer que fuiste rechazada por ser "muy buena" o porque el tipo "no sabe lo que es amar" es reconfortante. Si tienes que creer en esa mentirita por un tiempo (corto) para recuperarte, ok. Pero, aceptar la verdad de que el rechazo hace parte del juego es lo que realmente nos hace más fuerte. Si no funcionó, no culpes a nadie. Continua apostando. ¡Hasta que tengas mucha suerte!


Además les comparto mi dibujo de hoy que hace parte del albúm Mujeres de mi galería en Flickr



domingo, 19 de agosto de 2012

Puntos para detectar a un 'farsante'

Gracias a mi terrible inclinación por las humanidades, he caído en las garras de varios hombres llamados ‘farsantes’ que me han hecho la vida no tan grata. Me refiero a aquellos personajes que se inventan una trama, una historia, un cuento, citan a los mejores pensadores, para aparentar que pertenecen a un grupo social, que manejan ciertos temas, que su espiritualidad y sensibilidad es más elevada que la del resto de mortales. Hoy declaro una campaña oficial contra estos hombres y sus cursilerías, y para empezar, y por solidaridad con el género, me gustaría hacer una recopilación de sus características más importantes para reconocerlos de un sólo golpe y no caer en sus abominables garras.

La primera característica para reconocer a un farsante es su pinta. Yo soy una chica de clima cálido, en este contexto puedo decir que estos personajes visten una mochila Arhuaca, terciada, porque dicen apoyar el trabajo de las comunidades indígenas, jeans desteñidos, camisetas de marca, puede ser, Diesel, Polo, Chevignon, u otra parecida y zapatos tennis Converse, Nike o Adidas. Nótese, que apoyan el trabajo artesanal, pero consumen marcas extranjeras, eso es pleno síntoma farsante. El siguiente punto es la barba y/o el cabello, puede tener una barba tupida, y si no le sale barba, tendrá el pelo largo, ya sea tipo afro o una colita. La barba entre más desordenada y menos arreglada, mejor, igual que el peinado.

El tercer punto es la forma de hablar y su fondo. Esta especie se distingue por usar frases de los grandes poetas, principalmente latinoamericanos, como por ejemplo, Borges, Mario Benedetti, Jaime Sabines, etc. Si le dices a un farsante algo como: “No me gustaría que te fueras de mi lado”, él te contestará con un: “¿Y cómo se yo que tu no te irás primero?”. Y entre menos incompresible sea su frase, más éxito habrá tenido (para él). Entonces podría decir cosas como: “Me muero, te muero, lo morimos” del maestro Sabines. Hablando del fondo, se puede decir que un farsante dirá que ha leído a los escritores del boom latinoamericano y a los europeos y norteamericanos que originaron este fenómeno. Es muy probable que sea un gran admirador de la obra del argentino Julio Cortázar o si tenemos más suerte del chileno Roberto Bolaño, o también de Gabriel García Márquez. Ojo, ‘dirá que ha leído’.

El cuarto punto es su sensibilidad al arte y su espiritualidad. Un farsante de alto nivel, dirá que su mayor sueño es ir a la India a un viaje dedicado a la meditación, el autoconocimiento y crecimiento personal y espiritual. Será vegetariano, porque no le gusta como matan a las vacas, pero ¡ojo! Los verdaderos farsantes intentan no parecer farsantes, entonces ellos no hablarán de este asunto hasta que vayan a un restaurante y el pida su plato de pastas 4 quesos y tu quedes anonada y fascinada por su gran corazón con los animales y su buen estilo de vida.

El quinto punto para identificar a un farsante es preguntarle cuanto tiempo lleva en la Universidad haciendo pregrado. Si dice tener más de 27 y sigue estudiando, estás hablando con uno de ellos. Son figuras que dicen que hacen mucho y realmente no hacen nada, probablemente estén o hayan estudiado en una universidad publica y son de esos que ya hacen parte del patrimonio estudiantil. Normalmente las áreas donde hay mayor concentración de este tipo de hombres son las ciencias sociales, como la antropología, la sociología, las ciencias políticas, la filosofía, etc.

Y el sexto y ultima característica de un farsante completo, es que le guste el vino, preferiblemente el vino de caja llamado Termidor, o Terminator como suelen llamarlo ellos. Esta bebida, acompaña sus veladas. Es muy probable que en las citas que tengas con hombres de este tipo, el vino sea el protagonista, primero porque se consiguen unos muy baratos, y segundo porque, según dicen, es una bebida romántica que desborda los sentidos.

Tengo que aclarar que estas son las características básicas. Pueden variar dependiendo de la ubicación geográfica de estos personajes, la edad, la posición social, etc., aquí me refiero especialmente a la música que escuchan y/o tocan, los farsantes generalmente (no todos) tocan algún instrumento, para no decir que sólo guitarra.

Por favor chicas, estén muy atentas ante esta especie, porque lo único que quieren es embaucarnos y salirse con la suya. No son personas de confiar y no nos llevarán a relaciones estables, a no ser que seamos tan farsantes como ellos.

Y como siempre, si tienen otro punto para agregar, sea bienvenido. 

viernes, 17 de agosto de 2012

Violeta Parra y un Skycoaster

Uno tiene que tener un alma muy fuerte para amar mucho. En la película que vi ayer, Violeta se fue a los cielos, en la entrevista que le hacen a Violeta Parra (la protagonista) desde Buenos Aires, que va corriendo paralela con lo que fue su historia le preguntan “¿Cuántas veces ha amado?” Ella responde mostrando la mano. El entrevistador le dice: ¿Cinco? Ella contesta: 5 millones de veces. Parece que para Violeta, amar no era difícil. Yo sigo creyendo que no lo es. Lo difícil es quitarse el miedo y además olvidarse que no necesariamente hay amor de vuelta, por eso hay que ser fuerte.

Cuando se intenta amar es parecido a estar en el skycoaster esperando a que den la señal de soltarse. Lo diferente es que cuando se ama no siempre hay cuerda que soporte, te puedes reventar contra el pavimento. Lo semejante es que no tienes que pensarlo mucho para hacerlo, cuando abres los ojos ya estás amando. En el skycoaster puedes ir acompañado o sólo, en el amor también. La adrenalina se te sube, la inercia te hace pendular y se acaba. Yo no sé si el amor se acaba. Si amamos con el cuerpo, sí, algún día moriremos. Pero, ¿Si amamos con el espíritu?